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fall

Sabes? Me enamoré, me enamoré como nunca me había enamorado antes.

Lo amé y lo amo con todo lo que tengo, incluso olvidándome a mi misma en el proceso. Es la única persona que logró demostrarme que en mí existía eso que tanto anhelaba ser.

Ahora, cuando el tiempo pasó, cuando ese lazo que habíamos formado se fue enfriando de a poco, congelándose tanto hasta correr el riesgo de quebrarse para siempre, ahora es cuando él me desgarra tanto el alma que llego al punto de replantearme si olvidar, si dejarlo atrás o seguir amándolo con todo la mierda que llevo dentro.

Podría jurar que es el desastre más hermoso que tuve el privilegio de conocer, y es cierto, pero mi problema se abre paso cuando analizo toda la situación. Mi problema crece cuando caigo en la realidad de mis sentimientos y comprendo que me aferro al ayer más hermoso que viví, pero que, lastimosamente, sigue siendo un ayer, reduciéndose a un lastimero recuerdo.

Ahora es cuando me pesa lo que fuimos y me hiere lo que ya no somos. Justo en este momento es cuando logro entender que sólo me envenena aferrarme a su recuerdo, que lo único que logro es resquebrajarme en mil grietas, que lo único que consigo es envenenarme el alma extrañando a lo más preciado que tuve y que ya no tengo.

Me extraño a mi misma renaciendo cuando estaba con él, me extraño y lo extraño a él, siendo el problema más dulce que enredó mi vida.

Y vuelvo al comienzo, preguntándome: ¿debo olvidar aquello que me hizo inmensamente feliz sólo porque no puedo lidiar con la falta que me hace?