1. Niebla

399 43 70
                                    

En el pueblo siempre hay una niebla inexplicable. Desde que me divorcié de mi marido no había vuelto por aquí. Nunca me gustó el pueblo y mucho menos con este tiempo de mierda que hace. Siempre hace frío, y sólo está lleno de viejas locas que dan más miedo que los propios lobos de los que siempre hablan.

Ésas son las vecinas del pueblo. Mujeres ancianas que siempre están vestidas de negro y pasan sus ratos libres yendo a la iglesia y hablando de quién se ha muerto o quién está enfermo. Este pueblo es un lugar espantoso. Menos mal que ya vendemos la casa. Después de tantas peleas, por fin nos deshacemos de semejante trasto.

Mis hermanos me han dicho que vaya a poner un poco de orden, y recoger las cosas para ver si todavía queda algo de valor en la casa. Aparco el coche y me bajo de él. No se ve un alma por la calle. Mejor. No me gustan nada las señoras que por aquí viven. Son muy cotillas y están siempre preguntado qué haces o dejas de hacer.

Abro la puerta y entro en la casa. Aquí siempre hace frío. Debí haber cogido la chaqueta. Bueno, será rápido. Enciendo las luces. El silencio lo inunda todo. El lugar está construído todo de madera. Toda la casa y sus muebles son como un viaje en el tiempo. Nada ha cambiado en los últimos cien años.
El silencio es espectral, se oyen mis movimientos amplificados. Sólo el gesto de frotarme las manos resuena en la habitación.

Subo al piso de arriba. Las escaleras crujen mucho mientras lo hago. Tendría que haber venido con alguien, no me gusta nada este sitio. Un vistazo rápido y me voy. No quiero pasar mucho tiempo aquí. Mientras avanzo, miro alrededor intentando localizar algo que todavía tenga algún valor. No pienso invertir mucho tiempo, ya hemos estado aquí el último día y nos hemos llevado todo, así que no pienso malgastar mi vida aquí dentro. Quiero irme cuanto antes.

Abro un cajón de la mesilla de la tele. Vacío. Abro la puerta de un armario. Vacía. Camino rápidamente sin fijarme demasiado. Abro la puerta que lleva al pasillo. ¿Qué hace esta ventana abierta? Espera, por eso hace tanto frío aquí dentro. ¿Pero no estaban todas cerradas? ¡Y la luz del fondo encendida! Pero si el ultimo día dejamos todo recogido y cerrado. Los inquilinos no tienen todavía las llaves de este lugar. ¿Habrán entrado a robar? Qué raro...

Me quedo mirando fijamente al final del pasillo a ver si escucho o veo algo. Parece que no hay nadie. Quizás nos la hayamos olvidado encendida el otro día. No tengo ese recuerdo, pero probablemente nos hayamos despistado. Camino lentamente. En esta casa cruje todo. Cada paso que doy es una advertencia de que me estoy acercando. Espero sinceramente, que no haya nadie allí. Noto mi corazón latiendo aceleradamente. Soy una boba, siempre fui muy miedica. Seguro que no es nada. Llego a la habitación convencida de que no hay nadie.

Doblo la esquina y me encuentro el espantoso espejo que lo presidía. No es agradable verse a una misma reflejada en un espejo deteriorado y borroso. Me da un escalofrío al verme. Me asomo al interior y veo que la habitación efectivamente estaba vacía. Apago la luz de la habitación y me doy la vuelta. ¡Espera!. Una imagen se viene rápidamente a mi mente. ¿Estaba la cama deshecha? Vuelvo a encender la luz y veo que alguien ha usado la cama. Las sábanas están movidas como si alguien hubiese dormido en ella. Con mucho miedo, cojo la sábana para retirarla por completo de la cama en un gesto absurdo de intentar comprobar si hay alguien allí.

En el momento de tocar la sábana, puedo notar cómo de repente siento un frío intenso. La cama, en vez de estar caliente, está fría. Fría como una noche de invierno. Fría y húmeda. ¿Qué es esto? Por el rabillo del ojo tengo la sensación de que algo se ha movido en el espejo. Miro al espejo y es como si hubiese una cabeza detrás de mí. O no. Me giro. No veo nada. Está demasiado sucio el espejo, será una impresión mía.

Sea como sea, estoy deseando largarme de aquí. Creo que me estoy sugestionando, pero una cosa es cierta: algo raro ha pasado con la cama. Estoy tan paranoica que tengo la sensación contínua de que algo me está observando. A ver si acabo pronto de echarle un ojo a todo esto y me voy ya de aquí.

Te vemosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora