Mean to be

Secrets

Les confieso que los capítulos de esta historia por alguna razón que desconozco me cuesta un poco más escribirlos.

Es raro porque en mi cabeza la tengo completamente desarrollada al igual que The Truth Behind The Mask pero, por alguna razón tengo que escribir largo y tendido y borrar si hace falta para tener un capítulo completo :/

Por otra parte, estoy aún aprendiendo inglés jaja y me di cuenta ayer que escribí mal el nombre xD

El nombre de la historia es Meant To Be (con la T al final de Mean) esto significa: Destinado a ser jajajaja.

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Disfruten la lectura~~ :*

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Meant To Be

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CAPÍTULO 4:

Secrets.

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Sus ojos se abrieron lentamente a la vez que un bostezo reposaba en sus labios. Suspiró al ver aquel rostro durmiente a su lado. Ni en el más desorientado y extraño de sus sueños se hubiese imaginado amaneciendo dos días seguidos en un hotel con esa persona.

Adrien era... lindo, eso no lo podía negar. Era caballeroso y encantador, un poco despistado y sus bromas no siempre hacían gracia, además de que le debía la rabieta del día anterior al enterarse sobre su divertida apuesta con Nathanael pero, viéndolo así, dormido profundamente a su lado, quería quedarse ahí por el tiempo que fuese posible.

Estiró su mano hacia el frente, hacia él. Quería tocar su rostro, sentir nuevamente la suavidad de sus pómulos. Era fácil notar que él en serio se cuidaba. Seguramente por el asunto de ser modelo, pero, fuese o no ese el caso, realmente le gustaba sentir la suavidad de su piel.

Pero, por muy lindo e inocente que se viera, tenía asuntos pendientes con ese hombre, así que, se levantó sobre sus rodillas y lentamente se acomodó sobre su pecho, tomando su rostro entre sus manos, envolviendo sus labios con los suyos.

―Buenos días... ―susurró cuando le sintió reaccionar bajo su cuerpo.

―Buenos días ―respondió sonriendo contra sus labios, enredando sus manos en los cabellos ajenos―. No me molestaría para nada despertar así de ahora en adelante ―dijo mientras ella le miraba, acostada sobre su pecho.

―Sí, pero, tenemos que irnos.

No hubo oposición posible a aquella solicitud. Ella era recia al tomar una decisión. Si decía Sí era Sí, si decía No era No y no había manera de hacerla cambiar fácilmente de opinión, así que en cuestión de minutos estaban saliendo del hotel con total tranquilidad, dentro de la privacidad del auto.