Solo una pesadilla, ¿cierto?

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Al abrir los ojos y recuperar la conciencia Fernanda descubre que estaba en el patio de la escuela dormida bajo un árbol, con el sol dándole directo en la cara creando una ilusión de luz enceguecedora y no se podía sentir más aliviada que en ese momento, trato de regularizar su respiración poco a poco, sentía sus ropas empapadas de sudor y descubre que lo que había pasado era un simple sueño o mejor dicho una pesadilla...
- ¡Hey Fer! ¡apresúrate que ya terminó el recreo y las profesora nos castigará si no llegamos rápido!- gritaba un chico alto, de descendencia japonesa, piel trigueña, con lentes cuadrados de marco negro, ojos negros al igual que su pelo, con unos jeans gastados y una camiseta blanca y zapatillas grises.
La forma en la que gritó sacó a Fernanda de su nube y la hizo volver en si
- ¡voy en un segundo Hiroki!- grita de vuelta Fernanda levantándose apresuradamente para alcanzar a Hiroki e ir directamente corriendo con él a su salón, olvidándose completamente de lo sucedido anteriormente.
Pasaron las horas entre clases de química y biología, sin mayores percances a los de una regaño departe de la profesora y como castigo el quedarse a limpiar el aula al terminar las clases.
Cuando todos los alumnos salieron y los únicos que quedaban eran Hiroki y Fernanda limpiando el salón, Fernanda se distrae mirando hacia afuera del aula pues había sentido una sombra pasar fuera de allí, aunque eso no tenía mucho sentido ya que ellos se encontraban en el segundo piso en esos momentos, estaba tan absorta en sus pensamientos nuevamente que no se dio cuenta que Hiroki la llamaba.
-Fernanda...-
-...-
-hey Fer-
-...-
- ¡FER...!- gritó a todo pulmón que incluso por los pasillos vacíos se escuchaba su voz
- ya oí, ya oí, tranquilo Hiroki, no tienes por que alterarte tanto, mis pobres tímpanos, idiota- le dijo de mala gana Fernanda haciéndose la indignada con él.
- bien, lo siento, pero es que estabas otra vez en tu mundo, incluso te llamé 3 veces y no parecías escucharme-
- no pasa nada, estoy bien, es solo que me acordé de algo que soñé hoy- contestó con un suspiro cansino Fernanda
- y eso? Que pasó ahora Fer? Te chuparon el cerebro los alienígenas?... no! Espera! Creo que eso te gustaría- le molestó pícaramente Hiroki
- no creo que sea tanto como a ti te gustaría que Ambar te la chupara pervertido, solo basta con mirar la cara que pones cuando se acerca a hablarte- se defendió Fer volteándose a limpiar el pizarrón, cabreada.
- estoy viendo bien o es la señorita amante de la paz la que esta hablando groserías y encelando a su mejor amigo? O será que quieres algo más conmigo?- la comenzó a picar Hiroki acercándose por detrás a Fernanda, mientras la abrazaba por la cintura, apoyando su mentón en el hueco de entre su cuello y hombro.
- Hiroki, ya deja de joder y decir tonterías, además, sabes muy bien que los demás no me conocen tanto como para saber como soy en verdad, a parte puedo decir groserías cuando se me de la gana- dijo con simpleza Fernanda
- o sea...-
- una celosa compulsiva, obsesionada con la tranquilidad que finge ser pasiva para que no me jodan o se metan conmigo, ya sabes, lo típico...- mira las manos de Hiroki en su cintura- ahora suéltame pervertido-
- pero eres abrazable- Hiroki la abrazó más fuerte a propósito
- guerra avisada no mata gente lista- y Fernanda le dio un talonazo en sus partes nobles, haciendo que Hiroki la soltara y se retorciera en el piso
-¡nooo...! ¡nuestros futuros hijos...!- dijo Hiroki tapándose las partes nobles con dolor- pero al menos no lo hiciste con tanta fuerza, alégrate que aún hay posibilidades de tener hijos- la seguía molestando mientras se retorcía se risa y dolor en el piso.
- pues espero que te quedes donde estas, yo ya termine con lo mío así que me voy- fue la última palabra de Fernanda antes de agarrar su mochila y salir del aula, dejando a Hiroki con la palabra en la boca.
Ya estando fuera del aula, Fernanda volvió a ver una sombra moverse en dirección al cuarto donde se guardaban las cosas de limpieza y lo primero en lo que pensó fue en que Hiroki tal vez ya fue a guardar las escobas pues lo había dejado con los materiales. De todas formas fue a echar un vistazo.
Cuando entró al cuarto, la puerta se cerró a sus espaldas asustándola y dejando salir un grito agudo, volteo solo para encontrarse con la puerta cerrada con llave y de nuevo se sumió en la oscuridad con una voz detrás de ella diciendo...
-... te encontré-

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