Cuadro de Rayos

10 0 0
                                    

Salik nos llevo todo el camino en silencio, hasta Laura no dijo ni una palabra  - algo muy raro -, pero se veía que estaba en su mundo. Gerardo caminaba con la mirada en el piso y las manos en sus bolsillos, mientras que la criatura - aun es extraño considerar que es mi hermano - caminaba a mi lado.

- Por fin - Laura rompió el silencio y todos nos detuvimos  - hemos llegado.

- Que - dije como en un susurro. No entendía ¿a donde habíamos llegado? solo era otra parte del bosque: arboles, plantas, pasto, tierra y rocas por todos lados.

Salik se aclaro la garganta en señal de que diría algo importante.

- Aparet - mire de reojo a Salik que había cerrado los ojos. Se escucho un zumbido, de unas rocas - dos rocas puntiagudas que estaban alineadas a una cierta distancia una de la otra - salieron dos pequeños rayos que desaparecían según hacías su recorrido y finalmente los dos pequeños rayos chocaron y de ellos salían mas rayos que se extendían formando un enorme cuadrado.

- Vamos Daniel - Laura me llamo con una voz dulce, ella avanzó hacia el cuadrado lleno de rayos, por tener rayos yo supuse que seria algo eléctrico, quería detenerla, pero me di cuenta de que nadie la veía a ella, me veían a mi y eso me ponía mas nervioso.

Laura seguía caminando, dio un suspiro un poco antes de entrar en el cuadro y antes de darme cuenta ya no estaba, Laura había desaparecido.

Tarde en darme cuenta que los demás seguían mirándome, Salik y Gerardo notaron que mis ojos y boca estaban muy abiertos, eran muy notorios al parecer,  por lo que ellos pusieron cara de satisfacción.

- ¿a donde fue ella? - pregunte aun con los ojos muy abiertos.

- Hay que averiguarlo - me respondió Salik, dando una señal con su cabeza.

En ese momento la criatura comenzó a moverse, se dirigía al mismo sitio que Laura y al igual que ella, había desaparecido rápidamente. De tras de él iba Gerardo, en unos segundos solo eramos el hombre de los cicatrices y yo.

- No tengas miedo Daniel - Salik me tomo por el hombro y me hizo una señal con una mano para que avanzara y automáticamente asenti con la cabeza, pero no estaba seguro de hacerlo.

Trate de seguir las órdenes de Salik, entrar en el cuadro de rayos y desaparecer como los demás, pero mis piernas no respondieron como debían, me quede quieto con la vista fija entre las rocas.

- No tienes nada que temer Daniel - la voz de Salik sonaba más tranquila - esta es tu naturaleza.

TRANSCORFO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora