1- La fiesta.

5 1 0
                                    


-Marcos, date prisa, nene, está en el coche esperándonos Dani.

-Que pesaos, tío, que ya estoy bajando.

No me arreglé demasiado pero como las fiestas no me gustan mucho no le di importancia. Sé lo que va a haber, tías por todas partes babeando por nosotros, sobre todo por Carlos, el alma del grupo, el gracioso, el guapo, el que se las lleva de calle, vamos.

Cuando llevas dos horas, los zapatos no son lo tuyo, tus amigos están follando por ahí y tú estás fuera fumándote un cigarro sabes que no ha sido ni va a ser la mejor noche de tu vida.

-Eh, tío, por casualidad no tendrás un piti por ahí, ¿verdad?

-Si – Los saque con el mechero – Toma.

-Joder, tronco, me haces un puto mundo, estaba ya dentro y no podía más. Que coñazo de fiesta, ¿no? –El tío tenía mi edad, 18, 19 años, era moreno, alto y con barba, no me dio tiempo a verlo mucho más porque estábamos en el césped, debajo de un árbol y alumbrados solo con una luz a lo lejos que apenas daba mucha luz. Hablaba por los codos y muy rápido.

-Sí, la verdad es que no parece muy bestial, he ido a más animadas, sinceramente.

-Y yo. Por cierto, me llamo Mario – Me tendió la mano y yo me presente al mismo tiempo que se la estrechaba.

Venia un chico hacia nosotros, era corpulento, moreno de piel y pelo y alto.

-Mario – se refería a mi compañero – que te llevo esperando media hora, creía que estabas follando arriba como un loco.

-Que va, estaba aquí fumando con Marcos.

-Vale, me parece estupendo, vamos, anda, que nos está esperando Diane.

Simpático no se le veía, tenía pinta de creído, asqueroso y gilipollas. Diane seria su novia y le estaría esperando, corre, corre, no se enfade tu cenicienta.

-Voy Álvaro, pero que simpático es mi chico – dijo mirando hacia el otro que tenía cara de pocos amigos- Bueno, encantado de conocerte, Marcos, hasta otra. Te debo un cigarro.

-No te preocupes, eso está olvidado ya.

Pedazo gilipollas el tío este, ya me ha dado la noche. Me voy a mi puta casa.

Tiré el cigarro, pise la colilla y eche a andar por el césped.

Escuche una discusión y como buen cotilla que soy, que todos los hombres tenemos ese puntillo, me frene y me puse casi detrás del árbol para que no me pudiesen ver.

Eran un chico y una chica, suponía que pareja, discutían a voz en grito.

-Eres un gilipollas, Raúl, no me puedo creer que me hayas mentido con la zorra esa.

Aquí olía a cuernos...

-A ver, Diane, ya te lo he dicho, ¡no paso nada, joder!

-Claro, los besos en las fotos eran mentira, no te jode. Jodido imbécil.

-Diane, déjame arreglarlo.

Diane, Diane era el nombre que el supuesto Álvaro había dicho, quizás era esta quien yo creía que era la novia de él. Imposible, me dije, hay diez mil Dianes en el mundo.

-No.

-Pero, ¿Cómo que no? Tú me querías.

-Lo mismo que tú a mí, pedazo de gilipollas. ¿Sabes una cosa? Si me fallas una vez la culpa es tuya, si me fallas dos, la culpa es mía por confiar en ti de nuevo. Así que, Raúl, que te den. Voy a irme con mis dos mejores amigos de fiesta, voy a beber lo que quiera que para eso soy libre, y si me apetece me liare con alguien que la tenga más grande que tú, porque esta noche y todas las que vienen son mías porque soy libre –le guiñó un ojo y se fue.

Me quede como el tal Raúl, flipando. Joder que cojones le había echado la tía, el mundo debería de tener más chicas de esas.

Que cojones, que me voy de fiesta, que esta noche también es mía. Que le den al asqueroso ese.

Unas copas, música alta, líos con tías, gente en el sofá medio follando, alcohol por todos lados... una fiesta.

-Hombre, Marcos –iba solo con un cubata en la mano dando vueltas por el comedor y ni me había fijado en que estaba casi al lado mío Mario.

-Hola otra vez, Mario.

-¿Estas solo?

-Sí, no encuentro a ninguno de mis amigos.

-Mira, vente con nosotros, estamos allí unos pocos jugando a la mierda esa de la botella.

-¿No molesto?

-No, para nada, ven.

Allí había mucha gente, desde rubias con tetas grandes, hasta jugadores de futbol del otro instituto. Nadie se fijo en mi, solo me dio tiempo a ver a unos pocos.

Nos sentamos y empezamos a jugar. Durante un rato yo me dedique a hablar y a fumar, no me toco besarme con nadie interesante, alguna muñeca de plastilina que se dedica a enseñar teta borracha, al igual que muchos tíos, que se besaban con una y ya estaban totalmente empalmados, absoluta vergüenza...

Estaba mi "amigo" Álvaro, ni siquiera lo había visto al principio, pero allí estaba, ahora lo podía ver mejor, tenía los ojos verdes claro y destacaban bastante por su moreno de piel, sonreía con un brillo especial, supongo que debería de llamar la atención de muchas.

Se había besado con muchas y a todas les chorreaba las babas por el suelo, que llamaran ya al de la limpieza.

Pero se besaba con quien le tocara sin disgusto, le había tocado con un par de tíos y al contrario que ellos no ponía cara de asco ni gritaba "yo no soy maricón, eh", parecía que le daba igual, parecía como si el mundo se la sudara y viviera libremente porque sí, porque era feliz y le iba bien. Que envidia, no pensar en el que dirán.

Cuando estaba en mi mundo escuché a la gente mirarme y hablarme, miré la botella y estaba señalándome, la tuve que volver a girar y paró en él. Álvaro, no me miro, y ni siquiera le hizo gracia, le dijo algo a una amiga en el oído, resoplo y no se movió. La gente nos señalaba y nos gritaba que a que esperábamos.

-Álvaro, venga – gritó uno de los muchachos – Si, tío, ¿a este no te atreves o qué? – le dijo otro.

Había besado ya a un par y de repente conmigo no tenia cojones, ¿qué tenía yo de malo?

Se acerco y me beso, cuando abrí los ojos se estaba levantando. Se puso la chaqueta y se fue. Sus dos amigos Mario y Diane le siguieron.

Me sentí como una mierda. Yo había sentido algo y eso me acojonaba. Y encima algo debía de tener malo para que un tío que había besado a medio personal de jugadores de la botella se pusiera así por mí.

Me fui hacia afuera con un papel, un poquito de marihuana y un mechero, y yo que no fumaba marihuana y apenas bebía antes de esto... ¿por qué ahora? ¿Por qué me siento así de raro? Un cumulo de sentimientos aparece cuando crees que nunca vas a encontrar a nadie, y aparece con la persona equivocada... 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 24, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Pájaro sin alas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora