Prologo;

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Lily

Escuchaba una charla insoportable en la planta baja, se oían risas y gritos de emoción. Eran las ocho de la mañana y mis padres al parecer ya se habían despertado, pero... ellos no estaban solos.

No entendía por qué tanta emoción, ¿a caso ganaron dinero?

—Diablos. —maldije. —Malditos sean.

Me levanté y corrí las cortinas para que el sol entre a mi habitación. Me miré al espejo y noté unas grandes ojeras bajo los ojos, no sé por qué, pero las ojeras bajo los ojos me agradaban. Me sacudí un poco el cabello acomodándolo y busqué un pantalón para reemplazar el pijama. Tomé un jean negro desgastado y una camisa negra que decía en letras blancas Drop Dead. Bajé descalza las escaleras. Caminé por el living hacia la cocina pero tropecé con un juguete de mi hermano pequeño.

—¡Maldición! —grité y lancé el juguete. Fui hacía la cocina. — ¿Por qué dejan las porquerías de Joshua en cualquier lugar? —pregunté y observé que además de mis padres había una pareja más allí. —Hola.

—Lily, ellos son el señor y la señora Sykes. Unos viejos amigos. —dijo mi madre levantándose.

—Justo estábamos hablado de tus buenos modales. —rió mi papá.

La pareja se levantó y me saludó.

—Recuerdo cuando eras una niña pequeña, —dijo la señora—tenías un bonito cabello castaño, ¿Qué te haz hecho?, leí que el teñirse arruina demasiado el cuero cabelludo, podrías quedar calva.

—Mi cabello está bien ahora, y me gusta.

—Mi hijo es igual de terco que tú. —rió el hombre.

—Ian y Carol nos invitaron a pasar la semana en su hogar, hace tiempo que no nos veíamos y nos invitaron. —dijo mi mamá.

—Así que empaca tus cosas, jovencita. —rió nuevamente Ian. —Espero que no te sientas incomoda, tenemos un hijo de tu edad y tal vez podrías sentirte incomoda, pero él es educado y bueno, Oliver jamás te acosaría ni nada por el estilo.

—¿Usted dijo Oliver? —pregunté.

—Si.

—¡Un momento!

Subí a mi habitación corriendo, buscaba un recorte de revista.

Oliver... Oliver, ¿Oliver Sykes?, diablos. No podía ser Oliver Sykes, aunque todo coincidía, ¡El maldito diseñador de Drop Dead!, diablos.

Encontré el recorte. Era la sesión de noticias y en un costado había una pequeña nota a Oliver Sykes, el joven diseñador de Drop Dead junto con la imagen del diseñador.

Bajé corriendo y me acerqué a ellos.

—Por casualidad, Oliver es este chico de aquí. –dije mostrando el recorte. Ambos sonrieron.

—Ese es nuestro Oli. –dijo ella.

—¡Ay, diablos!, ¡Su hijo es el Oliver Sykes! —Sonreí. —Amo su línea de ropa, me encanta. De hecho casi todo mi armario es con la colección de Drop Dead.

—No sabía que mi hijo tenía fans. –Rió la mujer. —Bueno, prepara tus cosas, jovencita. Conocerás a Oliver...

Tengo que admitir que Oliver es muy atractivo, tiene unos ojos hermosos... un cabello genial, su rostro, ¡oh dios! ¡es obra de ángeles! Diablos, debo calmarme.

Les sonreí y corrí a mi habitación a empacar.

Conocería a Oliver Sykes, ¡diablos!


La Mansión SykesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora