Delirio

Capítulo 2. Amorfo

El sonido húmedo del constante choque de sus cuerpos y los quedos gemidos de Luhan era lo único que llenaba el solitario apartamento. Dos cuerpos se fundían en medio de la habitación, bañados por la luz de la luna llena...

Sentí sus manos aferrarse con más fuerza a mi espalda cuando repentinamente aumente el ritmo de las estocadas. Noté como intentó besar mi cuello, pero el demandante ritmo solo le permitió dejar unas torpes lamidas. Dejó de hacerlo cuando toqué su punto dulce, arqueó u espalda y perdió lo poco de control que le quedaba. Ahora sus gemidos eran demasiado audibles, y mi nombre se entremezclaba con ellos. Sentía el orgasmo cerca, así que colé mi mano entre nuestros cuerpo para masturbar su miembro, él también estaba cerca y quería que llegáramos juntos.

—¡Ah! Yehet~

Mientras continuaban los espasmos de mi liberación observé el cuerpo debajo de mí. Podía jurar que no había ser más hermoso que él; tenía la boca abierta y disfrutaba aún del orgasmo con los ojos cerrados y sus largas pestañas acariciaban sus sonrojadas mejillas. Y cuando los abrió, cuando esos castaños luceros me miraron, mi corazón dio un vuelco en mi pecho. Luhan me miraba como...

Un momento...

¿Yehet?

¡¿Había gritado yehet durante el sexo?!

El molesto sonido de la alarma me despertó de golpe. Otra vez había vuelto a tener un sueño erótico con mi jefe "Diablos, ya no soy un adolescente para tener sueños húmedos". Había descubierto a Luhan y a Kris hacía dos semanas y desde entonces toda clase de fantasías con Luhan nublaban mis pensamientos. Suspiré resignado y me dirigí a tomar la ducha, de paso le daría solución a la casa de campaña debajo de mi pijama.

Cuando llegué a la oficina aún no había llegado nadie. No había vuelto a llegar tarde desde el incidente con Luhan, por lo que siempre estaba al menos media hora antes de que iniciara formalmente mi turno. Quería darle menos razones a Luhan para regañarme y darme más trabajo, aunque no había funcionado.

Había tratado a toda costa no quedarme a solas con él, no obstante había sido inevitable. Aunque mi jefe no había mencionado nada sobre el incidente directamente, aprovechaba cada segundo en que nadie más lo veía para hacerme algún tipo de gesto insinuante, guiñarme el ojo y morder sus labios eran sus favoritos. También podría jurar que había intentado acorralarme el miércoles pasado mientras hacía un inventario en el archivo.

—¡Oh! ¡Deja de holgazanear y termina lo que dejaste pendiente ayer!—"hablando del rey de Roma" Luhan acababa de llegar de peor humor que de costumbre. Estaba detrás de mí con los brazos como jarras en sus caderas— ¿o necesitas que te ayude a despertar? ?— en un segundo el rostro de Luhan estaba a tan solo 2 centímetros del mío, nuestros alientos se entremezclaban. Mi vista se dirigió a sus delgados labios y el recuerdo de sus labios rojos e hinchados y sus suaves gemidos me alteró completamente.

—Sehun-ah~ — la melodiosa voz de Baekhyun hizo que Luhan se alejara de inmediato. Enseguida sentí los delgados brazos de Baek alrededor de mi cuello, su mejilla contra la mía, me abrazaba por detrás en un gesto demasiado posesivo— No sabía que cubrías horas extras por la mañana, Sehunnie~ — "¿Sehunnie?" la actitud melosa de Baekhyun era bastante extraña, él solía ser más como una diva que una persona cariñosa.

—No seas ridículo Byun, no hay horas extras por la mañana— Luhan me interrumpió antes de que pudiera siquiera pensar mi respuesta.

—No te hablé a ti.

—No me tutees Byun, recuerda tu lugar— la voz de Luhan más dura y fría que nunca retumbó en la vacía oficina— Su turno empieza en cinco minutos, será mejor que estén listos—dio media vuelta y se fue. Podía escuchar los dientes de Baekhyun rechinar, y una vez que Luhan se fue me soltó. Comprobé que estaba rojo de ira, no le caía para nada bien el jefe Lu.