Verse three;

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Lee Jieun -esta vez siendo IU- terminó su presentación con una sonrisa amplia y falsa. Era el tercer año desde su debut y se sentía muy cansada. El idiota de Hyeonsang había extendido el contrato por otros cinco años, exactamente los que quedaban para que el senador Soo Kwangjin se retirara a uno de sus muchos chalets en Suiza, y abandonara Corea del Sur.

Sólo faltaban cinco años para que IU, la hermana pequeña de la nación, dejara de ser la tapadera de sus gobernantes.

Jieun nunca había imaginado que tendría que ser el foco de los medios cada vez que el senador Soo y sus subordinados metieran la pata en cuestiones nacionales. Hyeonsang era un buen amigo con todas esas ratas y IU era el medio perfecto para pagar sus deudas. No importaba cuántos años tuviera ella, aún la retrataba como la perfecta niña tierna.

Ni siquiera tenía permitido meter las manos para elegir los conceptos, nombres de los discos o elegir las canciones principales para sus regresos. Sólo tenía un trabajo y Jang se lo recordaba siempre.

-Sonríes a la cámara, cantas, rasgas tu estúpida guitarra y haces que miles de ciudadanos tontos se enfoquen en ti. - Se burlaba tras bambalinas en los programas donde se presentaba. - Así que ve y embóbalos un rato.

Jieun nunca creyó que su país podría estar tan ofuscado en saber todo sobre una celebridad que pretendía cosas que no era, en lugar de poner atención a los problemas gubernamentales. Había una protesta pacífica por parte de un cuerpo estudiantil de leyes a las afueras de un edificio de gobierno, solicitando la renuncia del senador Soo, al descubrirse que falsificó documentos de su educación.

Nadie la notó, IU sacó su single "I Really Don't Like Her" esa semana y estuvo sonando en todas las radios por meses. Todo el mundo sentía pena por la pobre chica cuando descubrieron que estaba inspirado en una historia que había vivido...

No era así, la canción fue comprada por Jang a un compositor anónimo.

-Tienes este mes para escribir una canción nueva, Jieun. - Le informó su "manager" mientras sacaba un cigarrillo de su chaqueta. - El próximo mes habrá una junta para discutir las cantidades que serán distribuidas a las instancias de turismo y Kwangjin no quiere a los medios sobre él.

Jieun rodó los ojos mientras veía por la ventana.

-Quiero un guardaespaldas, Hyeonsang. - Dijo ella, mirando despreocupada el anochecer en la ciudad.

El ex presidiario alzó una ceja y encendió su cigarro.

- ¿Para qué quieres un guardaespaldas? Todos te respetan y nadie te acosa, ya que eres la hermanita menor de todos y nadie quisiera tocar a su hermana. - Bromeó él, con el tubito de tabaco y nicotina entre los labios. - Pero está bien, te conseguiré uno, todo artista debería tener.

Así fue como conoció a Astre Kim, el joven hijo de una pareja formada por una francesa y un coreano. Era el mejor de dos hijos, su hermana mayor se llamaba Soie Kim. Él estudiaba en un taller de fotografía y cine, a medio tiempo pero acababa de entrar a una compañía de seguridad. No era exorbitantemente musculoso ni alto pero Jang pensaba que eso era perfecto para que se ocultara en la multitud y la gente no lo notara.

A Jieun le agradó, era gracioso y tenía una sonrisa tierna.

Siempre la trataba con honoríficos, a pesar de que él le pedía que lo llamara por su nombre. Jieun le había pedido que la llamara igual pero Astre decía que no se sentía cómodo hablándole informalmente a su jefa, la hermana pequeña de la nación. Ella le sonreía con mucho más que un sentimiento fraterno.

Tinta y papel  ☾【 JongIU 】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora