CAPÍTULO #1

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Todos tus sueños se hacen realidad si tienes el coraje de perseguirlos

Walt Disney


—Respira 1,2,3 -suelto el aire que tenía acumulado en mis pulmones —4,5,6 es un sueño 7,8,9,10. Tu puedes, solo hazlo - repito mi mantra personal una y otra vez, poco a poco mi respiración vuelve a su normalidad; toco mi frente  húmeda por el sudor. 

Otra vez esa pesadilla con él. Otra noche donde sueño estar entre sus brazos atrapada y sin salida. Tengo tiempo sin saber de él, y eso no resta el sentimiento de miedo, al contrario, el so saber nada de lo que esta haciendo me hace enloquecer, incrementando más y más mi ansiedad. 

El imaginarlo encerrado no ayuda a que las pesadillas sean menos, me hizo tanto daño. No entiendo ¿por qué?... Lo amaba, dios esta de testigo de mi amor por él.


Un ruido al fondo de mi habitación hace que abra los ojos de golpe, recorro con la vista lentamente toda la habitación, hasta que encuentro el origen de tal ruido. 

—Lula, ven bonita -le digo con cariño a mi perra blanca con negro de raza pug, la coloco en la cama.
Es la única que en estos momentos me tranquiliza. Me relajo al acariciar su pelaje suave. Y poco a poco me quedó dormida.

El despertador indica que es hora de despertar haciendo ese horrible y constante ruido.
-10 minutos -digo y apago la alarma mientras me acomodo en mi cama retomando el sueño.
-¡Mierda! Me quede dormida -de un golpe me siento en la cama, compruebo la hora en el reloj.  -¡Kass me va a matar! -me levanto de un salto ocasionando que mi pobre perra caiga de la cama.
—Lula, perdón -le digo sujetándola para colocarla en su cama.
—Tu tía Kass me va a matar. -corro como una  loca por toda la habitación sacando y tirando ropa por todos lados. 10 minutos después ya vestida busco las llaves y las meto a mi bolsa junto a mi celular y mi cartera.
—Es tarde, es tarde ¡voy tarde!
¿¡Por qué apague el despertador!? -corro escaleras abajo de mi edificio como alma que lleva el diablo, quede en verme con mi amiga Kasandra en una cafetería no muy lejos de aquí, eso si tengo suerte con el tráfico.

Bajo del auto y nada mas con poner un pie fuera de este, siento un frío que se cuela hasta mis huesos, sonrió al chico del parking dándole mis llaves  

-* Nota mental, la próxima cita será en mi casa*
Sí, en mi casita calientita, me abrazo a mi misma para entrar en calor.
Abro la puerta y el ruido de murmullos, cubiertos y un exquisito olor a café entra por mis fosas nasales dándome una deliciosa bienvenida.
Camino automáticamente a nuestra mesa favorita, solemos venir seguido a este lugar, ha sido testigo de innumerables eventos tanto tristes como alegres.
Busco por todo el lugar a mi amiga ya que no esta en nuestra mesa habitual, eso es muy extraño.
—¡Diana! -la inconfundible voz de mi amiga retumba por todo el restaurante haciendo que la gente nos vea curiosos, la veo al final del corredor cerca de un ventanal es una mesa para tres, camino velozmente hacia ella con la cara roja de vergüenza.
—¡Diana hermosa! -grita melosamente envolviéndome en un enorme brazo de oso.
—Shh Calla ya estoy aquí, -le digo en un susurro

 —Kass necesito aire, ya sabes para respirar y esas cosas -le digo tomándola de los hombros deshaciendo el abrazo y así acomodarla en su lugar.
—Esta bien, toma asiento -me dice sonriendo con esa mirada que muestra que algo hizo, esa misma que hizo cuando me dijo que estaba enamorada de su asistente y que se iba a casar con él, o cuando dejo plantado al asistente en las vegas el día de la boda.. Bueno se que me va a tirar una bomba.
—Ok, entonces... ¿Qué hiciste? -le digo recargando mis codos en la mesa subiendo y bajando mis cejas perfectamente delineadas.
—¿Como estas kass? Oh muy bien, como dice Belinda.. Ganando como siempre, gracias por preguntar y tú? -dice fingiendo una conversación.

—Sabes, así se comienza una conversación -me mira sería dando un sorbo de su taza de café.
—¡Aja! Entonces dices que me citas en nuestro lugar favorito para ... ¿Ponernos al día?
—¡Oye! ¿Estas tratando de insinuar que solo te hablo cuando necesitó de tu ayuda? -lleva una mano a su pecho fingiéndose ofendida. 

—Cualquiera que te escuche diría que soy una pésima amiga.
—Esta bien te daré el beneficio de la duda -se lo digo achicando los ojos con desconfianza. Tomo la carta del menú.
—Muero de hambre
—Ya pedí por ti, como te conozco bastante bien, sabía que ...
1.-llegarías tarde
2.- Que estarías famélica de hambre. -lo dice enumerando con sus delgados y largos dedos parecidos a los de E.T el extraterrestre.
—Pues gracias, que gran amiga eres.
—Lo se, soy la mejor -me dice viendo a un punto fijo detrás de mi, su sonrisa se ensancha de oreja a oreja.
—Hola nena -una voz realmente hermosa, grave, seductora hace que gire rápidamente a mi costado para buscar de donde proviene el sonido de semejante invitación al pecado.
Y lo veo ahí, de pie tan seguro de si mismo, con esa perfecta sonrisa, mis ojos quedaran secos de tanta belleza ante ellos, es un hombre sexy, apuesto, cabello oscuro, alto, un cuerpo muy bien trabajado, espalda ancha, manos... Que manos, una mandíbula cuadrada y esa boca ¿Que se sentirá probar esos labios?.

HolaMuchas gracias por leerEsta es mi primera historia y se que me falta mucho por corregir

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Hola
Muchas gracias por leer
Esta es mi primera historia y se que me falta mucho por corregir

Espero que sea de su agrado
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Anny


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