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La doncella terminó de cepillar el ahora sedoso y lacio cabello de Liam. También aplicó una pequeña y muy natural base de maquillaje que lo hacía ver mas pálido de lo que ya era y le daba un toque mas inocente. Repasó sus carnosos y rosados labios con algo de brillo muy discreto y también se encargo de depilar y perfilar sus gruesas cejas castañas. Después de todo el proceso anterior llegó la hora de el vello corporal. Primero depilaron sus largas y delgadas piernas con bandas depilatorias, las cuales le sacaron varios lagrimones debido al insoportable dolor. Retiraron sin cuidado alguno el vello que comenzaba a crecer en sus ingles y algún que otro pelillo rebelde en su pecho. Por último le rociaron de costosos aceites con olores florales que sin duda el nunca había tenido la oportunidad de probar.

Se sentía como un pequeño y suave muñeco de porcelana.

En cuanto a sus ropajes, solo llevaba unos pequeños shorts de seda roja con bordados en dorado y una larga bata de la misma tela y color a juego. Su reflejo en el espejo mostraba a un pequeño chico asustado y vestido como si de un príncipe se tratase.

— Señorito. Su majestad me mandó que le trajera algo para que comiera. Dijo que necesitaría fuerzas. —el suave tono de una de las doncellas, la cual cargaba con una bandeja de plata con varios platos deliciosos, sacó a Liam de su pequeña ensoñación. Sus ojos y boca se abrieron como platos. ¿Era esto una broma? Pensó.

— Y-yo... Gracias.

— No agradezca. —posó la bandeja sobre una pequeña mesita de madera y salió de la habitación junto a la otra doncella.

Liam miraba la comida apenado. No le hacía gracia que comida tan costosa y rica se desperdiciara pero tenía el estómago cerrado y apenas podía probar bocado. Desvió la mirada hacía la comoda, donde reposaba un pequeño reloj de oro. Aún le quedaban dos horas aproximadamente hasta que el príncipe le solicitara.

Se recostó sobre el cómodo colchón y no tardó en quedarse completamente dormido.

(...)

— Señorito, despierte. Es la hora. —unas pequeñas manos le sacudieron por los hombros con delicadeza. El castaño abrió los ojos lentamente, a la vez que se desperezaba. Había dormido como nunca en su vida.

El señor de Arabia estaba parado en la puerta con los brazos cruzados sobre su pecho, y una expresión neutra en el rostro. Liam enseguida se levantó y colocó sus ropajes, listo para lo que iba a hacer. O eso creía. Siguió al rey de la comarca por los largos pasillos del palacio hasta una enorme puerta de color blanco con bordeados dorados. Hizo un gesto con la cabeza para que llamara, y con algo de apuro tocó la puerta.

— ¡Ocupado! —gritó el príncipe desde adentro. El rey rodó los ojos y abrió la puerta. Allí estaba él tumbado sobre su cama con el móvil táctil sobre sus manos. Ni siquiera levantó la vista del aparato para ver quien era. El señor Malik empujó a Liam dentro de la habitación.

— No hagan ruido. —y así sin mas, el rey volvió a cerrar la puerta dejándolos a los dos solos en la habitación del joven moreno. Liam se removía incómodo en su sitio, mientras el príncipe seguía entretenido con su celular.

Después de varios minutos ahí de pies, el príncipe de Arabia despegó su mirada del aparato, desviando su mirada hacía el bonito castaño parado delante de la puerta. Con la cabeza gacha y jugando con sus dedos nervioso.

— ¿Cuál es tu nombre? —Liam despegó la mirada del suelo y lo miró directamente a los ojos, adquiriendo un color rojizo.

— L-liam, señor.

El moreno repitió su nombre en un susurro, mientras se levantaba de la gran cama matrimonial y se dirigía a paso lento hacia el castaño. Liam no dejó de mirarlo a los ojos en ningún momento.

— ¿Sabes por qué estás aquí verdad? —preguntó el moreno colocando una de sus grandes manos sobre la cintura del menor. Asintió con timidez. Zayn acortó la distancia que los separaba, rozando sus finos labios sobre la pálida piel de Liam, quien atrapó su labio inferior entre sus dientes y sentía mariposillas revolotear por su estómago. — No estés nervioso.

— Me es inevitable, señor.

— Zayn. —le corrigió. —No me digas "señor" por favor, me haces sentir viejo. —rió levemente.

— Disculpa, se- Zayn. —el moreno sonrió y tomó la pequeña y suave mano de Liam, arrastrándolo con el a la cama. Lo hizo sentarse a su lado y con un pequeño mando hizo que descendiera una enorme televisión de pantalla plana a los pies de la cama.

La boca de Liam formaba una perfecta 'O'.

— Cierra la boca o te entraran moscas. —se burló el moreno tomando un mando de la playstation para pasárselo al castaño y luego tomar otro él. 

— P-pero...nosotros... ¿No íbamos a...? —Liam balbuceaba mientras miraba a Zayn con una clara confusión.

— ¿Prefieres follar o qué? —Liam negó rápidamente con la cabeza aceptando el mando para la playstation. Zayn rió con ganas y encendió el aparato. El castaño no tenía ni idea de jugar a estos juegos por lo que Zayn le ganó todas las partidas.

— ¡No vale! ¡Nunca había jugado! —se picó Liam mientras cruzaba sus delagados brazos sobre el pecho, haciendo un pequeño puchero. Zayn le sacó la lengua y se burló de él por ser tan picón.

Sin duda, esta había sido la mejor tarde que había experimentado Liam desde hace mucho tiempo. Por una vez en años, alguien lo había tratado con delicadeza y no le había restregado por la cara que solo era un maldito esclavo. Estaba feliz de haber conocido a Zayn, pero solo había sido un caso excepcional. Sabía que el rey nunca lo dejaría volver a pasar rato con el agradable moreno.

Se había sentido querido por una vez en su corta vida.





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Espero que os guste✨✌

Sofía🌙

Alá (Ziam Mayne) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora