that moonlight.

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Seokjin estaba cansado, sus piernas le dolían al igual que sus manos, así que se sentó en el sofá después de una tarde entera de puros nervios. Esa misma noche tendría en su casa el huésped que siempre quiso, un híbrido.

No sabía que tipo de híbrido sería, ni que animal, ni si se comportaba más como humano o como animal, o qué carácter tenía. Ken no le dijo absolutamente nada de relevancia sobre él. Eso le emocionaba aún más.

No pasó mucho, quizá, desde que se sentó a descansar y destensarse cuando escuchó suaves golpes en su puerta. De nuevo en estado de nervios y ansia se acercó a la puerta con inexplicable cautela. La perilla estaba especialmente fría cuando la agarró, o era él quien estaba caliente.

Para su sorpresa su amigo no estaba ahí al abrir la puerta, solo un chico, grande la verdad. Aquel hombre que no aparentaba tener más de dieciocho años era una muralla, su ancha espalda contrastaba con su delgada cintura de una manera perfecta y atractiva, cosa que Seokjin no pasó por alto. Realmente no pasó nada por alto, ni las grandes orejas del chico lobuno, ni su piel algo oscura, los ceñidos pantalones que llevaba que más bien le quedaban pequeños pues se los había dejado Ken. Tenía un gorro en su diestra el cual apretaba con fuerza, su mandíbula estaba tensa mientras recibía una mirada curiosa por parte del humano.

- H-hola - Seokjin gritaba y saltaba en su interior pues el híbrido lobo que tenía delante le encantaba, era perfecto, tal y como lo imaginó en sus fantasías, a lo que físicamente se refiere.

No conocía su forma de ser, sus comportamientos o gustos. Su expresión permanentemente seria le asustaba un poco, le hubiese preferido más sonriente y simpático pero qué se le va a hacer. Le cuidaría de todas maneras. Quizá estaba incómodo por haber llegado a un lugar desconocido y haber cambiado tan repentinamente de dueño, esperaba que con el tiempo estrecharan lazos y pudiesen sentirse cercanos, algo así como amigos, pero si la cosa llegase a mayores no le importaría a Seokjin, de hecho se moría de ganas. Y eso que recién le había visto ya estaba imaginándose con él en la cama.

- Hola. - El más alto movió sus orejas incómodo mirando a un lado.

- Eres un lobo. - Maravillado aún plantado en la entrada de su casa Seokjin sonreía como un verdadero idiota. Idiotizado por el chico lobo.

- ¿Puedo pasar?

- Ah, sí. Claro pasa.

El hogar de Seokjin le pareció mucho mejor que el anterior donde estuvo, más acogedor y agradable. Dejó su mochila a un lado del sofá y se giró a ver a su nuevo dueño.

- ¿Te gusta? Sé que no es tan grande como la casa de Ken pero estarás cómodo te lo prometo. - El híbrido admitía que el chico humano se veía confiable y era bastante lindo, pero ya había tenido dueños así y los odió a muerte. - ¿Quieres ver tu habitación?

El alto soltó un bufido molesto. Acabo de llegar y ya me quiere meter en la habitación, pensaba mientras se acercaba sumisamente a su dueño. Le agarró de la muñeca y comenzó a arrastrarle por la casa de manera algo bruta. Seokjin estaba sorprendido, no sabía por qué el enorme lobo había tomado control de su cuerpo y le llevaba a algún lugar de la casa.

- Eh, t-tu habitación es la de ahí detrás. Te la has pasado. - Ni siquiera le dio tiempo a admirar correctamente la ancha espalda del tipo cuando sintió que caía sobre su cama.

A punto de protestar fue callado al instante cuando la lengua del lobo hizo contacto con su suave barbilla, esta comenzó a deslizarse lentamente hacia sus labios hasta que recibió el feroz y sorpresivo beso. Seokjin no pudo pensar bien lo que estaba pasando, sin darse cuenta ya había empezado a corresponderle siendo excitante la manera en la que el otro dominaba en el beso y gimió al sentir la áspera lengua ajena moverse por su cavidad bucal. Se preguntaba si todos lo híbridos tendrían lenguas ásperas como él.

Se separaron a causa de la falta de aire, Seokjin aprovechó para recomponerse del potente beso de bienvenida que había recibido, pero el descanso fue corto. El alto raspó su mandíbula pasando sus dientes por ella mientras ensalivaba con su lengua a medida que se acercaba al cuello ajeno. Lo mordió sin piedad y bajó sus manos desde su pecho hasta llegar a sus finas piernas y separarlas, se colocó mejor entre ellas, más cerca, con su tremenda erección friccionando agresiva contra la de Seokjin. Al mayor le sorprendió la facilidad con la que el híbrido había conseguido su erección, podía notarla a través de sus ropas como si no las llevaran, sentía el calor contra su ingle.

- Ahh... ¡Ay! - Los firmes dientes del menor se clavaban en su cuello haciéndole daño, incluso con sus tendencias masoquistas, a Seokjin le dolían demasiado las fuertes mordidas, por suerte para él, el híbrido inmediatamente pasaba su lengua por las marcas moradas que cada vez se hacían más abundantes y eso calmaba un poco su dolor y aumentaba su excitación.

Sintió las grandes manos contrarias invadir su cuerpo por debajo de la holgada camisa que llevaba, le acariciaba algo rudo haciendo presión con sus dedos, delineando las marcadas costillas de Seokjin, subiendo hasta los jugosos pezones de este.

Pasó su lengua por el labio inferior del humano y este le dio permiso para que invadiera su boca de nuevo, y lo hizo siendo menos cuidadoso que antes si es que era posible. Prácticamente embestía contra la boca ajena, penetrando con su lengua y chocando a veces con los dientes de Seokjin, quien ahogaba agudos gemidos. El híbrido estrujó uno de sus pezones e hizo lo mismo con el otro, haciendo que se separase de aquel brutal beso y se doblara de placer enterrando su cabeza había atrás entre las sábanas.

El menor se sentía algo decepcionado de Seokjin por haberse entregado de aquella manera tan fácil, pero los gemidos que le estaba provocando y el estar estimulando aquella sensible zona del cuerpo ajeno le estaba gustando y mucho, así que empezó a intentar disfrutar de aquello que hasta ese momento estaba haciendo por obligación e hizo falsas embestidas contra el trasero del mayor.

Una de sus manos se mantuvo apretando el hinchado pezón mientras que la otra se deslizó por el torso contrario hasta el borde de los pantalones. El híbrido estaba ahora malditamente excitado y no dudó mucho en introducir sus largos dedos debajo de las dos prendas inferiores de Seokjin hasta poder tocar la punta de su pene erecto. Sintió la punta de este húmeda y soltó un gruñido de satisfacción, pero cuando estaba a punto de sujetar el miembro ajeno para masturbarlo Seokjin le sujetó la muñeca y apartó su mano de aquel lugar.

Por instinto le gruñó fastidiado e intentó regresar su mano a donde él quería pero siendo incapaz pues Seokjin se seguía resistiendo.

- N-no hagas eso... Todavía no. - Fue ignorado por el menor quien aún seguía frotándose contra su cuerpo e intentando tocarle en sus partes. A Seokjin le hubiera encantado que lo hiciera, y más con su tremenda excitación, pero no era el momento. Estaban siendo muy precipitado y habían cosas que tenían que hacer antes de eso. - P-para... Te he dicho que... ¡Te digo que pares!

Wolf cries [ 남진 ] " Hybrids „ Three-shot Donde viven las historias. Descúbrelo ahora