Capítulo 1

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-10 años antes-

La pequeña niña trataba de calmar a su hermano de 2 años el cual se había caído pero todo lo que intentaba para calmarlo parecía no funcionar.

Emily, con tan solo 6 años de edad, era la que siempre cuidaba de su hermano menor ya que su padre trabajaba demasiado, sólo aparecía en casa en las noches y su madre nunca permanecía en casa, más cuando lo hacía nunca salía del cuarto ya que prefería dormir.

En ese momento, llegó su madre encontrando a su hijo hecho llantos mientras la hermana le abrazaba, la madre al presenciar aquella escena enfureció. Agarrando fuertemente a la niña de su largo cabello, se la llevó a la habitación de la niña para allí lanzarla contra la pared.

- Mocosa tonta, ¿ahora que le hiciste a mi bebé? - la mujer miraba a su hija con enojo y una pizca de odio en su mirada, Emily al notar esto se entristeció más.

- Mami, yo no le hice nada. Él estaba corriendo y se cayó, yo no le hice nada. - Emily pronuncia esto con cierto temor en sus ojos y en su voz.

- Definitivamente no sirves ni para cuidar de tu hermano, niñata inútil.

La niña al escuchar estas palabras de parte de su madre rompió en llanto. Ella nunca logró saber porque su madre siempre tenía esa actitud con ella, ¿Acaso no veía cuánto Emily demostraba amarla?, la pequeña al no obtener respuesta a esa pregunta se quebrantaba más y más.

La madre salió de aquel lugar hecha una verdadera furia y entró a su propia habitación dando un fuerte portazo.

Una hora después la madre salió de su cuarto dirigida hacia la habitación del pequeño Santiago. La niña estaba en la sala de estar con el niño armando un sencillo rompecabezas antes de ver a su madre bajar las escaleras con varias maletas en sus brazos, Emily la miro desconcertada y con temor de qué podría pasar en ese mismo instante.

-Santi, ven aquí - la mujer se agacho para amarrar los zapatos del niño, esto lo hizo con mucho amor y ternura, mirando al niño como si fuese el tesoro más preciado para ella. Emily bajó su mirada hacia el suelo tratando de ignorar esta demostración de afecto de parte de su mamá para con su hermano menor.

-Mami. - la niña habló con la voz quebrada. - ¿Para qué son las maletas? ¿Vamos de viaje?- se emocionó un poco al imaginar unas lindas vacaciones, tal vez la casa de sus abuelos o una linda y pequeña finca con maravillosos paisajes y llena de animales.

-No- la mujer le contesta con sequedad. - me voy de casa, tu hermano viene conmigo. - dijo dirigiéndose hacia la puerta de entrada.

-¿Qué? Mamá, ¿y yo me tengo que quedar? ¿Cuándo vuelves? Mamita, no me dejes sola, por favor. - ella no paraba de llorar, sus sollozos eran más fuertes cada segundo que pasaba.

-No viviré más aquí en esta casa, no viviré más contigo ni con tu padre. - cada que pronunciaba una palabra acercaba su rostro al de su hija. - Mañana vendré por todas mis pertenencias y las de Santiago. - se separó de la niña para voltear de nuevo hacia la puerta. - Por fin seré libre de tanta idiotez e inutilidad, mejor aún, mi bebé no tendrá más malos ejemplos. - rió con ironía mientras salía y cerraba la puerta tras de sí.


Tiempo actual...

Desperté totalmente sudada y con lágrimas corriendo por mis mejillas, suspire tratando de calmarme y me levante para arrodillarme al lado de mi cama disponiéndome a orar.

"Poderoso señor, gracias por un día más de vida, gracias por tu amor infinito, porque cada día me das la oportunidad de levantarme sana y salva de mi cama, gracias por el aire que respiro y por todas tus grandes maravillas. Dios, en esta mañana te pido que me perdones si tal vez te he fallado, perdona todas mis fallas y perdona mi actitud. Hoy te pido de todo corazón que me ayudes para afrontar este nuevo día, dale paz a mi corazón y paz a mi mente, te pido que guíes mis pies por tu camino y que no me dejes sentir sola, también te pido que protejas a las personas que habitan a mi alrededor, cubre con tu cuidado a mi familia y no permitas que les suceda nada malo, demuestra tu amor como siempre lo haces. Dios, te adoro y te bendigo. Amen y amen".

Al terminar, ya estando tranquila, me levante para prepararme para este nuevo día de clases.

Luego de 20 minutos ya me encontraba vestida y dispuesta para bajar a desayunar.

Al llegar a la cocina encontré a mi abuela y a mi padre hablando de cualquier cosa como siempre hacían en la mañana mientras era la hora de que él saliera a trabajar.

- Buenos días. - dije dándole un beso en la mejilla a mi papá y sentándome frente a él.

- Hija, buenos días. - dijo luego de darle un largo trago a su café- ¿Lista?

- Claro, solo desayuno y salimos. - le digo mientras iba hacia la encimera para prepararme una taza de chocolate y sacar dos panes del microondas.

- Tienes que correr porque salgo en cinco minutos.

- Okey.

- Vamos en cuatro y medio. - dijo en tono juguetón mientras salía de la cocina. - Corre. - rodé los ojos y guardé lo que no alcancé a comer.

- Chao abuela, que te vaya bien. - me despedí besándole la mejilla y saliendo a correr con el casco en la mano.

- Casi no sales.

- Serás exagerado.

- Entonces no te llevo. - dijo encendiendo la moto, al yo tratar de subir en ella arrancó y me dejo a tres metros de distancia de la moto con la pierna levantada.

- ¡Papá!

- ¡Corre!

- Bueno. - bufé, mientras corría a subir en la moto.

10 minutos después yo ya me bajaba de la moto, me despedía de mi padre y me encaminaba a la entrada del colegio tratando de organizar mi uniforme ya que este se había desorganizado durante el trayecto en moto.

Así comenzaba mi nuevo y solitario día de clases, siempre la misma rutina.

Una chica, Una creencia, Muchos problemas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora