Principio

111 7 56
                                    

-Buenos días, cariño -dice una voz dulce desde la cocina.- ¿Has dormido bien?

-Sí, mamá -respondo.- ¿Tú?

-Yo... También.

Así empiezo todas mis mañanas desde que tengo consciencia de lo que hago. Un buenos días, desayuno lo más grande posible (es mi comida favorita)  vestirse, hacer la cama, coger algo para el almuerzo y a clase.

-Pásalo bien, Mark -me despide mi madre desde el salón, un rato después

-Lo haré -contesto.- Hasta luego.

-Adiós -y la puerta principal se cierra.

Todos los días voy andando a clase. Me pilla casi al lado, y cuando hace frío disfruto aún más de la caminata.

Ya llegando al Instituto, alguien desde la distancia chilla:

-MAAAAAAAAAARK.

-LAAAAAAAAAAAUREEEEEEEEEL -respondo. Lo que acabo de chillar se pronuncia "Lorel". - ¿Qué tal?

-Bien... -suspira.

-Bien... -la imito. Se ríe. Laurel es mi mejor amiga, entre otras tantas.

Falta un cuarto de hora para que empiece la clase, de modo que me pongo a leer. Es lo que más hago durante mis ratos libres.

La clase empieza justo cuando mi compañera de pupitre entra y yo cierro el libro, poniendo el marcapáginas.

-A verrr -comienza la profesora. Ahora toca latín.- ¿Podéis rrrecordarme lo que vimos el último día?

-El verbo ser -responde Laurel, pero no tiene pinta de que la profesora le haya hecho caso.

-A verr. ¿Os callais ya? -chilla, aunque no se por qué, si nadie estaba hablando.

Miro a Laurel extrañado. Me devuelve la mirada, que tiene el mismo tono que la mía.

«¿Esta de qué va?» pienso.

Un rato después, cuando la profesora se gira para corregir los deberes en la pizarra, vuelve a exclamar:

-YA ESTÁ. SE ACABÓ. NO LO EXPLICO. A COPIAR. Jacobson, siéntate bien. Carlson y O'Brian, lo mismo.

Corrijo mi postura. Odio que la profesora de latín me llame por el apellido.

Al acabar la clase, siempre soy el último en marcharme.

-Se le ha ido mucho la pinza, ¿no? -se queja Serena, la segunda de mis mejores amigas.

-Y tanto -respondo. -¿Qué toca ahora?

-Economía -me indica Laurel.

-Argh -se queja la otra muchacha. Normal, porque la profesora chilla mucho.

La clase transcurre con normalidad. Aprendemos algo nuevo, hacemos un par de ejercicios, corregimos los deberes, la profesora habla a gritos...

La campana suena, y todos nos levantamos a para ir al recreo.

Bajamos al patio a ver a Lucy, la hermana pequeña de Laurel.

Como está en segundo curso no puede salir a la calle durante el recreo, pero todos los alumnos podemos bajar al patio; por eso quedamos ahí.

-¿Y Stella? -pregunta Laurel, recorriendo el patio con la mirada.

-Ha venido a clase, ¿verdad? -dice Serena.

-Sí -les respondo.- Si se sienta a mi lado en clase.

Es curioso que la pareja de Laurel se siente conmigo y no con su amada. Mejor. Así no hay tentaciones.

Cuando quiero darle un mordisco a mi magdalena, aparece una chica muy alta, de pelo moreno vestida con un jersey blanco y pantalones negros y estrechos.

-Hola, gente -nos saluda.

-Hola, María -contestamos.

-Traigo noticias -me mira.- Mañana viene un alumno nuevo.

HOLA, CRUSHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora