3. Buscando pistas

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Una noche larga fue, pero se pasó, por fin se pasó el día de una vez, se me pasó tan largo que me daba ganas de dormirme en alguna hora, pero no me dormí al final, estaba en la cama y me levanté con dificultad, eso sí, las piernas estaban dormidas, así que tenía que despertarlas, me vestí e hice la cama después de una rato, luego desayuné, me había levantado a las diez y fui por la calle mayor y me encontré a Rubén con el señor Swann, no sé de cómo todos los días se puede despertar tan pronto Rubén, será seguramente propia costumbre, no lo sé.

_ Buenos días, Rubén, ¿Qué tal dormiste anoche? y ¿Que tal?

_ Bien y ¿tú?

_ Bien, ¿que tal usted señor Swann?

_ Puedes llamarme Brandon ¿Sabes?

_ Vale, Brandon, ¿Qué tal estás?

_ Bien

_ ¿Qué vamos a hacer sin ninguna pista?

_ Buscarlas quizás, no tenemos otra opción que buscarlas, ya que no tenemos otra cosa mejor que hacer

_ Sí, ¿Dónde buscaremos nuestra próxima pista?

_ En la cocina del presidente

_ ¿Por qué ahí?

_ Porque es una teoría de las que puedo estar en lo cierto, así que busquemos a un testigo que haya estado en la cocina, o sea, un cocinero del presidente, necesitaremos preguntarle si ha visto a alguien sospechoso ayer, o la persona o personas que hayan hecho o probado la comida del presidente

_ Vale, vale, buscaremos ahí, pero antes no tendremos que tener permiso del presidente para poder investigar a nuestras anchas, no sé si nos dejará investigar

_ Me da igual que no nos dejen, buscaremos de todas formas-dije- me da igual el riesgo que pueda correr yo, mientras que sea el que espero que sea

_  ¿Sabes que te pueden detener por eso?

_ He dicho que me da igual el riesgo que pueda correr

_ Ya, pero nadie quiere que seas detenido, Óscar, es por tu bien por que sino Steven podría aprovecharse de eso si es verdad que es corrupto

_ Tienes razón, pues ya tenemos dos razones por las cuales tendríamos que estar en la Casa Blanca con el puñetero presidente, en fin, no tenemos otra opción supongo, quiero culpar a Steven si es verdad de que está metido en todo esto

_ Esperemos que sí-dijo Rubén

_ Bueno, pues a que esperamos

_ Esperad, tengo un mensaje de el médico jefe, dice que venga inmediatamente, dice que tiene un enfermo que nadie sabe curarle y que necesitan toda la ayuda posible, chicos me tengo que ir, debo de ayudar a mi jefe, necesita ayuda, le tengo que ayudar, me gustaría ayudarte Óscar, pero hay cosas más importantes que hacer

_ No te preocupes, anda y vete

_ Gracias, te debo una

_ No me debes nada, Rubén

_ Vale

_ Pues entonces tu y yo solos ¿Verdad?

_ Sí

Fuimos a la Casa del Presidente, y fuimos por las calles que llevaban hacia la Casa Blanca, y ya que estábamos, me compre una bebida con Brandon y la bebimos por el camino.

Cuando llegamos a la Casa Blanca, llamamos al timbre, y el presidente nos abrió, bueno más bien un guardaespaldas que no conocíamos de nada, y dijo en alto:

Una serie de asesinatos: Asesinato al presidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora