El Decurion Romano

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En algun lugar de las Region Montañosa de Samaria

Señor, aun Licinio no se ha mejorado, creo que lo mejor sera movernos de aqui, estamos muy expuestos. declaro el soldado a su superior.

No lo creo prudente, se golpeo muy fuerte la cabeza con esa piedra, ni el yelmo lo pudo proteger, y en el estado en el que esta no quiero que fallezca. respondio el hombre, vestido con ropaje y armadura de caballería romana, con su casco de cresta roja, tirada a sus pies, ya que estaba sentado a una piedra de medio tamaño, tomaba vino de un odre en sus manos,

Pero señor, la region esta llena de zelotes y bandidos, es un lugar perfecto para una emboscada, no somos legionarios señor. respondio el soldado.

Si ustedes mantiene la disciplina y siguen mis ordenes nada nos pasará, mantengan firme la guardia, alguno de los viajeros tendrá conocimientos medicos, es la unica oportunidad que tiene Licinio, esos golpes los he visto antes y moverlo lo mataría en pocos días. Con esto se levanto de su lugar y camino en medio del pequeño campamento romano, de unos 30 jinetes de caballería con sus caballos, mas unos pocos sirvientes. Llego a su tienda en donde el herido estaba acostado en la cama del encargado de la tropa.

Como esta, pregunto a su sirviente.

Nada señor, sigue sin despertar, y siento que tiene la cabeza hinchada, no creo que sobreviva un dia más. dijo el hombre joven, sentado al lado del herido, el cual tenia la cabeza con una venda, manchada con sangre.

Bueno, esperaremos a que los dioses decidan, si te conoces alguna oracion a Esculapio recitalá, si es su voluntad que muera, lo enterramos y nos iremos de aqui, estamos muy expuestos. respondio y salio de la tienda.

Al salir dela tienda iba a beber vino de la odre otra vez y entonces miro que a lo lejos del escarpado camino un hombre venia caminando jalando a su burro, llevando una mujer encima de el.

Otro soldado se acerco y le comentó al jefe.

Señor, son viajeros, ya son con estos cinco que hemos visto en la semana, son muy osados al caminar en este lugar, los detenemos para revisarlos. pregunto.

Si traelos aca, mantenlos aqui hasta que conversé con ellos. respondio y se alejo hasta ir a otra tienda, la de las provisiones y alli se recostó para tomar una siesta.

Dos hombres montaron en sus caballos y salieron al encuentro de los viajeros, llevando sus escudos y sus lanzas y hablaron en griego a los viajeros, que se detuvieron con temor al ver a los romanos, el burro chillo al ver a los caballos y se mantuvieron en su lugar, no entendian lo que  decian y obedecieron a las señas de los jinetes, caminando hasta el camapamento improvisado de los romanos, pronto llegaron al mismo, los cuales eran observados con desconfianza por los soldados, ya era conocidos los metodos de los bandidos y los celotes para atacar a los romanos usando todo tipo de engaños, incluso niños.

Los soldados seguian hablandoles en griego pero el hombre solo levantaba las manos y hacia gesto de no entender, la mujer se mantenía mirandolos y se tocaba el vientre.

Estos judios no nos entienden, busca a Demetrius, el habla un poco de arameo, por que el Decurion esta tomando una siesta y quiere hablar con ellos cuando despierte. grito uno.

Un joven srviente corrio a buscar al solicitado, el cual estaba de guardia junto con otros soldados, rapidamente el sirviente volvio con el tal Demetrius y le dieron sus ordenes, vestido con su armadura de jinete, camino con su lanza y escudo hasta los dos viajeros.

Shalom, les dijo.

El hombre le respondio igual, shalom.

Demetrius se quedo pensando que decirles para que entendieran y asi decidio decirles mas o menos en arameo que esperaran al jefe de la compañia, lo repitio varias veces, hasta que el hombre hizo señas como que entendia lo dicho por Demetrius.

La Guardia del PesebreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora