-ˋˏ 𝑷𝒆𝒓𝒇𝒖𝒎𝒆ˎˊ- Anya → Damian

Capítulo 1: ¿Quién se cree que es?

Hola a todos/todas/todes, es un placer saludarlos. Me presento: soy "Bebituh" y estoy emocionada de compartir con ustedes una nueva historia inspirada en uno de mis animes favoritos.

Esta vez, me aventuro con una pareja que adoro. Aunque la historia no está ambientada al 100% en el universo del anime o manga original, conserva detalles importantes que los fans reconocerán. Sin embargo, me he tomado algunas libertades creativas para darle un giro fresco a la narrativa.

Debo confesar que este es un pequeño desafío para mí, ya que estoy más acostumbrada a escribir historias BL (Boys' Love). No obstante, eso no significa que no disfrute las historias heterosexuales. De hecho, esta experiencia está resultando ser una oportunidad emocionante para expandir mis horizontes como escritora.

Así que aquí estoy, lanzándome una vez más al mundo de la escritura con esta nueva obra literaria. Espero que disfruten leyendo tanto como yo he disfrutado escribiendo.

Sin más preámbulos, los invito a sumergirse en esta historia. 

¡Que la disfruten!

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Damian deslizó su pulgar sobre la pantalla de su teléfono una última vez antes de apagarlo con un suspiro resignado. El dispositivo desapareció en el bolsillo de sus jeans, como si quisiera esconderse de la realidad que les esperaba. El ultimátum de su madre resonaba aún en sus oídos: todos debían ayudar en este viaje familiar, sin excepción.

Alzó la vista y se encontró con la mirada de su hermano mayor. En ese breve instante, un entendimiento silencioso fluyó entre ellos, una mezcla de fastidio y resignación ante lo que se avecinaba. Su madre, en un intento desesperado por forjar una experiencia "normal", había orquestado esta escapada familiar. Para Damian, la palabra "normal" sonaba tan ajena como un idioma extranjero, un concepto tan lejano de su realidad cotidiana que rozaba lo absurdo.

Con desgana, Damian se acercó al maletero del lujoso SUV familiar. Sus manos, más acostumbradas a deslizarse sobre teclados y pantallas táctiles, ahora luchaban torpemente con el peso de las maletas. Una de ellas se le escapó, cayendo al suelo con un ruido sordo que pareció burlarse de su inexperiencia. Frustrado, pasó una mano por su rostro, sintiendo el calor del sol de media tarde en su piel. Un resoplido escapó de sus labios mientras miraba de reojo hacia la cabaña, temiendo encontrarse con la mirada reprobatoria de algún miembro de su familia.

Con movimientos apresurados y poco gráciles, Damian se agachó para reorganizar el equipaje. Sus dedos, intentando sacudir el polvo de las maletas de cuero fino, dejaban huellas torpes sobre la superficie. Una sonrisa de satisfacción, mitad irónica, mitad genuina, se dibujó en su rostro al ver el resultado de su esfuerzo.

Cargando dos maletas, una en cada mano, Damian se dirigió hacia la cabaña. El edificio, ni demasiado grande ni demasiado pequeño, se alzaba frente a él como un extraño híbrido entre rusticidad y lujo moderado. "Seguramente obra del gusto de mamá", pensó, reconociendo el toque elegante pero discreto que caracterizaba las elecciones de su progenitora.