Into The Fire And Water

Preámbulo

Caminaba con mucho cuidado y dificultad en el ajustado vestido de mi prima. ¿Pueden creerlo? Yo usando algo que muestra más allá de mis rodillas. No me sentía muy cómoda y eso que llevo todo el trayecto desde casa a este lugar en él. No entiendo por qué nos hemos demorado tanto, puesto que las citas con Adrián que han sido en la ciudad no son muy lejos de casa, aunque hay que tener en cuenta que esto es una sorpresa y... es distinto, ¿no es así? No puedo ver hacia donde voy, y eso me pone nerviosa, y no precisamente porque a quién voy a ver es a mi novio con quien llevo un año de relación. No, no es eso, es solo un presentimiento ¿un presentimiento? ¿Que? ¡No! Es solo la venda de ojos la cual considero ridícula, aunque accedí a usarla. No sé aún por qué Adrián decidió que mi prima me llevara a nuestra cita con los ojos vendados y usando un traje tan inadecuado; pero estaba dispuesta a aceptar cualquier cosa por hacerle sentir bien con la sorpresa que me estaba preparando.

Me hubiera gustado que Lucía me acompañara; seguro ella me hubiera dejado vestirme más como yo esta noche, quizás pantalón y una camisa linda, no esta cosa.

—¿Puedes dejar de tropezar con todo y caminar bien? ¡Es sólo el maldito césped!—Me gritó Leila tratando de ayudarme a caminar desde la camioneta hasta la entrada del lugar donde imagino, estará mi sorpresa.

Resoplé indignada— ¡Leila, no maldigas! ¿Cómo quieres que camine bien con los ojos vendados y este incómodo vestido?

No sé si fue de forma intencional, pero luego de haberle respondido Leila me soltó y al intentar dar un paso tropecé, sentí mi cuerpo inclinarse y mi estómago caer. Lo peor fue el impacto contra el pavimento. Porque claro, no caí en el césped; que seguro es menos duro y áspero que el pavimento.

—¡Por Dios Danielle! ¡Ten más cuidado!— Exclamó mi prima mientras ayudaba a levantarme, luego la sentí como si estuviera intentando no reír.

—Fue a propósito —. Afirmé

—¡Claro que no!— Replicó en tono de burla.

No seguí reclamando luego porque entonces me fijé del ruido que hacía a nuestro alrededor, no sabía por qué no me había percatado antes de la música alta, y tampoco en los murmullos... ¿Gente? ¿Mucha Gente? ¿Qué era esto? ¿Una fiesta?

—Leila, no creo que éste sea el lugar al que vamos, creo que es mejor que le digamos a alguien que nos lleve a casa...

—¡No! ¿Como crees? es este el lugar estoy muy segura —.Entonces me agarró del brazo y tocó la puerta dos veces que casi automáticamente fue abierta y entramos.

Sentí como si algún portón de madera y metal se cerrara y luego escuché el débil <<Click>> que indicaba que estaba asegurada.

Lo primero que sentí fue el olor fuerte y desagradable del alcohol, y más allá un olor que no pude identificar, rápidamente llevé mis manos a los ojos para intentar quitarme la venda y ver qué sucedía; esto ya no me gustaba para nada. Pero me agarraron con fuerza las manos y una voz habló muy cerca de mi oído, haciéndose escuchar por encima de la música.

—No, no puedes hacer eso primita, tu Romeo espera por tí en la habitación. — y luego varias manos me llevaron a rastras adentrándome más en aquel lugar desconocido, mientras me tropezaba con la gente alrededor y sentía como sus brazos y sus codos me aplastaban, el lugar debía estar repleto de personas bailando al ritmo de la música extraña.

De pronto me sentí muy desesperada. Me estaban forzando a ir a alguna habitación de éste lugar, y quién sabe quién estaría esperándome ahí. Definitivamente ya no confiaba en mi prima, y no quería imaginar con qué me podría encontrar más adelante. Me dieron ganas de llorar en ese mismo momento, por haber sido engañada de esta forma. Entonces las fuertes manos que me arrastraban se detuvieron y yo imaginé que podría tener alguna oportunidad aún. Intenté escapar, aunque fue inútil; no podía soltarme de él. Escuché que sacaban unas llaves y abrían una puerta. Y yo era empujada dentro de la habitación.