Into The Fire And Water

Capítulo 4

Al llegar a casa Adrián me abrió la puerta del auto y me abrazó reconfortándome. Mi novio me había ido a buscar luego de llamarlo, y por supuesto que no le había contado como fue que terminé en esa casa, ni lo sucedido con el chico que intentó propasarse.

—¿Estás segura de que no quieres quedarte en mi casa?—dijo juntando sus cejas, lo cual me pareció un gesto muy lindo.

—Gracias Andy—usé el nombre que le digo de cariño—pero debo dormir bien y pensar que haré mañana—. Me incliné y lo besé en los labios —Adiós—. dije devolviéndole su abrigo pero él sólo negó y me la colocó de nuevo.

Me miró resignado un segundo y me abrazó —Nos vemos mañana— susurró a mi oído mientras cerraba mis ojos y le devolvía fuertemente el abrazo, agradeciendo que respetara mi silencio no haciendo preguntas que claramente no quería responder.

Caminé por el jardín de la casa en silencio y la cabeza inclinada hacia abajo, verifiqué que el sistema de seguridad se encontrar activo, y entré. La casa se encontraba oscura y muy silenciosa, tuve que esperar unos segundos para adaptarme a la oscuridad. De pronto noté el cansancio y lo mucho que me ardían los ojos. Seguí mi camino por la enorme sala de estar hacia las escaleras y subí sin ganas cada escalón, deseando sólo dormir para no pensar en lo que pasó. Al abrir la puerta de mi habitación me quité el abrigo de Adrián, mis tacones, que están matando lentamente, y el vestido.

Entré a el baño y me deshice de mi ropa interior, caminé hacia la tina, giré la llave de agua caliente y me di un largo baño para despejarme. Cuando estuve con mi pijama puesta me senté en la cama y alcancé mi celular para ver la hora, 2:00am sabía que era muy tarde pero aún así llamé.

—¿D? —La voz de mi mejor amiga se escuchó al otro lado.

—Lamento despertarte Joss... es solo qué... — y empecé a llorar descontroladamente.

—No te lamentes Dani, Pero será mejor que me digas todo, porque de todos modos lo sabré, suéltalo.

Le conté todo a Joss, a ella no podía mentirle, y en parte era cierto eso de que lo sabría de todos modos, era muy astuta y probablemente investigaría hasta el último detalle, se enfureció como lo esperaba y dijo que saldría a asesinar a mi prima en ese instante. Traté de calmarla lo más que pude y la convencí de que por lo menos, lo hiciera mañana.

No recuerdo en qué momento caí dormida pero ya era de mañana y me dolía un poco la cabeza. Miré la hora en el reloj de la mesa de noche y me fijé en que solo eran las 7:15 am. Me levante de la cama y luego de estirarme fui a dar una ducha mientras escuchaba música para relajarme.

Caminé en toalla por todo mi cuarto y coloqué un par audífonos en mis oídos, mi animo había mejorado.

Mi estomago rugió tan repentinamente que me di cuenta de que desde hace mucho tiempo no había comido nada.

Fui a buscar algo de comer y bajé las escaleras despreocupada debido a que nadie se encontraba en casa el día de hoy, ya que mis padres y mi hermano se fueron de viaje. Empecé a buscar mi cereal mientras le subía el volumen a mi canción favorita, rebuscando entre los gabinetes de madera encontré mi cereal casi a la mitad, lo cual se me hizo muy extraño. Aparté uno de los audífonos y mi corazón se detuvo al escuchar el ruido que provenía de la sala de televisión. Nadie se encontraba en casa a parte de mi, y quien quiera que fuera no había sido invitado, ni tenia buenas intenciones ¿porque nadie con buenas intenciones entra por la fuerza a una casa verdad? Y si lo hizo ¿Cómo logró evadir el sistema de seguridad sin que ninguna alarma haya sonado? Mi cabeza empezó a pensar rápidamente.

Me dispuse a voltearme y caminar lentamente hasta salir de la cocina con toda la precaución que pude tener para que quien estuviera en el otro lado no lograra verme, agarré uno de los exclusivos adornos tailandeses de Mamá como arma, pero si no moría por el posible asesino, ladrón, secuestrador, o cualquier otro tipo de maleante que se encontrara en esta casa, mi Mamá lo haría si se entera que rompí uno de sus costosos adornos.