Capitulo 1

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Capítulo Uno

Estaba tan absorbida en los Sí y No de Glamour, que Sakura Haruno apenas notó cuando el ascensor empezó a dar tumbos hasta detenerse abruptamente. No se dio cuenta hasta que las luces se apagaron.

- ¡Ah, vamos!- gritó ella, golpeando su revista cerrada. Quedar atrapada en un ascensor durante un corte de corriente no estaba en ninguna parte de su lista de cosas para hacer. Al menos hoy.

-Ahora no-una voz refunfuñó, y ella casi chilló. No sabía que alguien más estaba en el ascensor con ella. Cuando metía su nariz en un libro o revista, no habría notado ni a Barney el Dinosaurio junto a ella en el ascensor.

-Bien, estamos en un buen apuro, ¿¡eh!?- Le preguntó ella a la voz-. ¡Tenía que ser el día que había podido dejar mi artículo temprano! Supongo que es cierto... ninguna buena acción resulta impune. ¿A qué va a llegar tarde? Yo, trato de evitar el tráfico de la hora punta por el puente. No puedo soportar cuando...

-Silencio.

La voz tenía un sonido agradable de barítono, uno que le gustaba a pesar de su brusquedad. Ella se calló, sin ofenderse. A algunas personas no les gustaba hablar con extraños. O tal vez este tipo era claustrofóbico. ¿O... cómo se definía tener miedo a la oscuridad? ¿Oscuro fóbico? Independientemente de eso, él estaba claramente preocupado por estar atrapado en un ascensor sin saber por cuánto tiempo. Pobre tipo. Ella deseó que él no empezara a gritar. No había nada peor que un hombre crecidito con un ataque de histeria.

-Lo siento -dijo ella, luego añadió-, estoy segura que no estaremos aquí mucho tiempo.

Ella oyó un sonido y lo reconoció inmediatamente: el hombre atrapado con ella había retrocedido unos cuantos pasos. Casi como si él tratara de poner la mayor cantidad de espacio entre ellos, vamos como si pudiera.

Exasperada, ella dijo.

- ¡Por Dios! No tengo nada contagioso. Al menos ahora no -añadió ella, esperando subirle el ánimo.

-Quédate calladita. Y pégate en la esquina más alejada. Ahora.

- ¡Y un cuerno lo voy hacer!-Ella se dio vuelta hacia la voz-. Mira, porque tú seas una persona antisocial no significa que yo...

-No. -esta vez su voz no tenía ese tono agradable de barítono. Más bien sonó como un gruñido, como si él hubiera arrancado a la fuerza la palabra a través de sus dientes-. No te me acerques. Mantente lejos. Cuando te mueves, lo haces alrededor de las corrientes de aire y capturo más de tu olor.

-Y eso es malo, ¿verdad? -Genial, pensó ella con humor. Estaba atrapada con un tipo que se había saltado esta mañana la medicación. ¿Por qué no bajé por las escaleras?

-No. No es malo. -Su voz, apagada en la oscuridad, era tan vibrante que ella podía sentirlo a lo largo de su columna-. Es... extraordinario.

-Cielos, gracias. -Uh-huh. Evidentemente estaba loco, con voz atractiva o no. Ella no había tenido tiempo de ponerse perfume después ducharse. Él no podía oler ninguna maldita cosa, excepto tal vez el olorcillo persistente de su jabón. - ¿Tiene un doctor especial al que le cuenta estas cosas? ¿Alguien a quien debería llamar cuándo salgamos de aquí?

Él soltó una carcajada.

-No estoy loco. Aunque, no me sorprende de que hayas sacado esa conclusión. ¿Cómo te llamas?

-Maria Juanita

Él se rió entre dientes suavemente.

- ¿Qué daño podría hacer el que me diga su verdadero nombre?

Prisionera de Amor SasuSakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora