Capitulo 1

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Aaron toda su vida fue un chico torpe. Muchas veces ha metido la pata por esa misma razón. Pero gracias a esta "habilidad" conoció al que sería su mejor amigo por el resto de su vida escolar.

Se conocieron a los ocho años, cuando la maestra de arte les había propuesto a los padres de los alumnos que sus hijos pintaran la clase para que "puedan liberar su creatividad".

Ese día, el pequeño castaño, se encontraba corriendo por los pasillos con un tacho de pintura en sus brazos, que le había pedido su maestra. Él  no estaba prestando atención por donde iba y,  como era de esperarse, chocó con otro niño, cubriéndolo de pintura roja.

Debido al impacto, Aaron cayó sentado en el suelo. Levantó la mirada para ver a la persona con la que había chocado y enseguida lo reconoció.

Era Athan Bakerhill,  el chico que le había cortado una de sus coletas a Astrid Saunders. La cual poco después se cambió de colegio gracias a este suceso.

Aaron, asustado,  se llevó una mano a su cabello,  temiendo que el chico frente a él lo corte. 

Athan comenzó a reír al darse cuenta de su reacción.  El pecoso lo miró como si estuviera loco e hizo una mueca de incredulidad. 

—Tranquilo,  no te cortate el cabello— dijo el castaño oscuro—. Se que fue un accidente.

Aaron sonrió timidamente, agradecido que no le haga nada malo.

Athan le tendió una mano para ayudarlo a levantarse, la cual Aaron no dudó en agarrar. 

El mayor de los dos,  intencionalmente, lo impulsó más fuerte de lo que debía provocado que éste chocara contra él, y asi poder abrazarlo para mancharlo con pintura.

Aaron chilló e intentó separarse pero Athan poseía más fuerza que él. Lo estrujó más fuerte entre sus brazos y rió, de nuevo.

Cuando se separaron, el castaño estaba cubierto de pintura como el castaño oscuro.

—¿Qué hacen afuera niños? — dijo la maestra — Los estábamos esperando.

Ambos se sobresaltaron ya que no vieron venir a la maestra. Se miraron entre ellos y luego a la mujer que tenían delante.

—Estaba trayéndole el tacho de pintura que me pidió — dijo Aaron —. No hacíamos nada malo.

—¿Por qué tienen pintura encima?

—Yo iba yendo al baño y él — dijo Athan apuntando al pecoso — me chocó,  bañándome en pintura por lo que luego yo lo manché a él.

—¿Qué te dije sobre vengarte Athan? — dijo la docente —.  ¿Quieres que te recuerde lo que sucedió con Astrid?

Bakerhill negó rápidamente. Él se sentía culpable de que la niña se haya cambiado de colegio.

—Bueno,  niños —dijo la señora —. Vayan al baño y lávense,  luego vuelvan al salón.

Al día siguiente Aaron se sentó en su lugar de siempre e inmediatamente Athan se sentó al lado suyo.

Comenzaron a hablar, a conocerse más.  Y desde ese momento no se separaron más.

Blue NeighbourhoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora