Enamorada de un loco

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- Sandra, ¿n-no tienes que cuidar el recreo?- intenté despistarla inútilmente

Que gili joder...

Ella me observó extrañada

- Vuelvo a repetir, ¿qué está pasando aquí?- no se da por vencida...

- Nada, estábamos hablando simplemente- contestó Marcos reprimiendo la ira que se le salía por los ojos.

Sandra se quedó mirándonos unos segundos no muy convencida pero al final coló.

- Pues hacerlo fuera de clase, sabéis que no podéis estar aquí en los recreos

- Si- dije deseando salir de allí

- Una cosa más Kristal, ¿p-puedes darle esto a Gala- se acercó y me tendió una carta blanca.

Madre mía... Aquí hay lío fijo...

- Claro, yo se lo doy, no te preocupes- cogí la nota mientras sonreía y caminé hacia la puerta con Marcos y Dante pisandome los talones. Aceleré el paso.

- Dante- le llamo Sandra- tu no te vayas, hay algo en el ejercicio que me entregaste que quiero comentar contigo- dejó sus cosas sobre la mesa y Marcos me empujó hacia la salida.

- Tu y yo no hemos acabado de hablar- me susurró en el oído

Mierda

Tragué saliva y salí de clase con el chico detrás mío. En cuanto di unos cuantos pasos fuera de la puerta agarró mi muñeca y tiró de mi. Lo seguí sin objetar nada por que no quería que nos escucharan.
Me llevó hasta la biblioteca, en la que no había nadie por que no había exámenes.

- ¿Qué quieres?- exigí saber cuando Marcos cerró la sala detrás suyo.

Se acercó a mi en varias zancadas y me pegó a una estantería. Intenté moverme pero no me dejó.

- ¡Estate quieta!

- Sueltame

- Eres mi novia así que puedo hacer lo que me de la gana- metió su cabeza en mi cuello y lo acarició mientras sujetaba mis muñecas para que no pudiera pegarle el guantazo que se merecía.

- Sueltame Marcos, no tiene gracia

Él negó con la cabeza y empezó a besar mi cuello lentamente. Moví mi nuca repetidas veces.

- Te he dicho que pares- me obligó mirándome a los ojos- así no puedo besarte

- Es que no quiero que me beses

Jamás pensé que diría eso...

Él sonrió

- Claro que quieres; quieres que te besé todo el cuerpo ¿verdad?- parecía un jodido psicópata

- ¡Que no joder! ¡Sueltame!- empecé a gritar y rápidamente subió una de sus manos a mi boca para con la otra encerrar mis dos pequeñas muñecas.

- Cállate Kristal, no quieres que nos escuchen, ¿a qué no?

- Deja el rollo psicópata Marcos- dije como pude a través de su mano

- ¿Vas a gritar?

- No

Me liberó y volvió a agarrar mis manos aprisionandome contra su cuerpo. Me sonrió y metió su cara en mi cuello para besarlo.

- Marcos sueltame- intenté moverme

El chico sacó su cabeza de mi hueco y llevó un mano a mi mejilla para acariciarla.

- Quieres esto Kristal- afirmó de nuevo

- Lo que quiero es que me dejes en paz Marcos, lo nuestro no funciona, ¿no lo entiendes? Me has llamado zorra, puta y yo que se que más y yo te he engañado, no funciona Marcos, tu deberías cortar conmigo y mandarme a la mierda... no yo a ti- aclaré nerviosa

Quiero que me suelte

- Pero Kristal, si tu me quieres y yo te quiero no hay nada que pueda separarnos, aunque nos engañemos seguiremos siempre juntos... siempre- dijo tranquilamente

Joder, esto ya da miedo

- Las cosas no son así Marcos

- Si, lo son

- No, tu y yo no podemos estar juntos, no somos compati...- apretó el agarre de sus manos en mis muñecas y gemí de dolor

- Somos el uno para el otro Kristal, ¡si nos amamos tenemos que estar juntos!

Se le ha ido la puta cabeza...

- No, hay muchas más cosas aparte de eso- hablé inquieta por el dolor- por favor sueltame... Me haces daño

- Me importa una mierda toda esas cosas, estaremos juntos- ¿por qué me tenía que enamorar de un loco?

- Marcos, tienes que intentar razonar, no somos compatibles, y te he engañado, tienes que odiarme ahora- dije intentando sonar tranquila

Él negó repetidamente con la cabeza y apretó todavía más mis muñecas. Mis mejillas empezaron a arder y sentí el interior de mis ojos escocer.

- Yo te amo Kristal, nunca podría odiarte, ¿por qué piensas eso?

No se joder, tal vez por que he besado a otro...

- Necesito espacio Marcos, estoy confundida

- Me necesitas a mi, sólo a mi, y me quieres a mi, no estas confundida, tranquila

- A lo mejor no te quiero Marcos

Déjame por favor

Se alejó velozmente de mi y suspire aliviada mientras masajeaba mis moradas muñecas, pero mi tranquilidad cambió rápidamente al ver a Marcos gritar.

- ¡No! ¡Eso no es verdad! ¡Tu me quieres a mi! ¡Sólo a mi!- se había vuelto loco, literalmente. Estaba tirándose de los pelos mientras gritaba con los ojos cerrados fuertemente.
Me acerqué corriendo e intenté relajarle

- Marcos, Marcos tran...

- ¡NO! ¡TU ME QUIERES SÓLO A MI!

Está pesadito el chico...

Sólo me quedó una única opción

- Marcos te quiero, te amo, pero por favor para- le abracé a pesar de que todo mi cuerpo me pedía que me alejara de él.

El chico de cabello castaño se relajó en mis brazos y besó mi mejilla.

- Mía, sólo mía

¿Me dejas besarte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora