Ella pasó por los cuartos rascando su nuca. La noche era larga y tétrica. Pasó por la puerta de Kyle, no sabia si tocarla o no. Tal vez estuviese dormido o seguía molesto con ella. Estuvo apunto de dar unos leves golpes a la puerta pero solamente la tocó con las yemas de sus dedos.
—Perdón— musitaba en un suspiro largo. Solo topó levemente su cabeza contra la puerta.
Los ojos de Kyle miraban el techo en la oscura habitación. Había estado tan hundido que había quitado el foco de la habitación y lo había lanzado por la ventana en un arranque de furia. Así que ahí estaba. Solo, a oscuras. Solo.
Ni siquiera había podido dormir. Solo veía el techo acostado en la cama. Eso, hasta que oyó los pasos de alguien detenerse en su puerta, y el suave aroma de ella le inundó los pulmones. Cerró los ojos, como si tan solo respirar su perfume le doliera. La oyó disculparse, pero no contestó. ¿Que podía responder? Nada. No tenia nada que decir. Permaneció en silencio, pero su mente le estaba gritando. Cosas sin sentido. Palabras que, aunque quisiera, no podría dejar de oír.
Soltó un suspiró y giró el rostro, evitando ver la puerta.
Luna miró la puerta una vez mas, no tenia el valor suficiente como para tocar; Kyle estaba en todo su derecho de permanecer enojado. Solo pudo escuchar los sonoros rayos cayendo en las copas de los arboles, alumbrando el pasillo. La piel se le ponía de gallina, nunca le habían gustado. Observó la puerta una vez mas para tocarla con la palma de su mano una vez mas para marcharse y dirigirse a su habitación antes de que otro rayo cayera cerca del lugar.
El perfume se fue desvaneciendo. Ni siquiera había oído sus pasos alejarse. Por la ventana Kyle podía ver perfectamente la noche tan tétrica que se armaba, parecía que se venia una tormenta.
Por lo menos la lluvia lo refrescaría.
Se levantó de la cama y se quitó la camiseta, abrió la ventana y saltó. Cayó pesadamente sobre sus pies, sin hacerse daño. Caminó a paso firme al bosque, y con suerte, ahí estaría solo.
Las primeras gotas de lluvia le cayeron en la punta de la nariz, para después convertirse en un aguacero. Su cabello corto estaba empapado y se le pegaba ligeramente a la frente. Tenia el torso mojado, dejando descubierta una singular cicatriz en el hombro, en forma de equis desigual. Mientras mas se alejaba, mas le costaba regresar.
Y finalmente llegó al final del jardín, donde el bosque lo recibió con los brazos abiertos, ocultando lo tras su vestidura verde.
La fresca brisa que traía la tormenta golpeaba brutalmente las puertas del balcón. Luna había salido del baño en un sencillo camisón de seda violeta. En la casa ya no se encontraba su madre que entraría a su habitación solo para decirle que todo iría bien, que no tuviera miedo.
Ella tenia el habito de comportarse como un pequeño cachorro en noches de lluvia, esconderse en el primer lugar cálido que encontrara. Vio el broche de plata y lo dejó en la repisa. Tomó un par de almohadas, cobija y su pequeño oso de peluche protector de monstruos y se metió al armario. Pequeño, cálido y acogedor rincón donde todo lo malo se olvidaba por un rato.
—Dulces sueños— se dijo a si misma, intentando cerrar los ojos.
Tresh y Jack entraron rápidamente en la casa, intentando protegerse de la lluvia. Ambos estaban empapados. Jack sacudía el cabello mientras Tresh recobraba el aliento.
—Vaya tormenta.
—Si— concordó Tresh. Tomó aire— . Iré con Kyle a que me preste algo para ponerme— miró a su hermano— ¿No harás lo mismo?
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Cielo y Fuego 1 "Ella"
Про оборотнейLas novicias eternas son chicas cuyos padres son licantropos pura sangre, pero ellas no son licantropos completas. Luna, al ser novicia, es forzada por su familia a casarse con el hijo de otro clan para así mantener a todos a salvo. Pero esos plan...