Onix

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Mire por la ventana percatándome del color azul del cielo, para saber si es tarde o estoy a tiempo, llegar puntual es una de las reglas de rigor en el instituto, o dictadura como suelo llamarlo, son mucho más rigurosos en saber quién habla con quien, quien sale con quien, y que hablan de cada quien-como si las clasificaciones que los mismos alumnos hacen no fueran suficientes- las salas comunes por poco son diferentes por los tipos de piedras en nuestra piel, sin embargo, están los típicos chicos populares, los deportistas, finalmente los nerds y los renegados socialmente o como aquí le dicen: los simplongos.

-Innatia, baja rápido, no quieres que te manden al salón Catchmire, la última vez me tocó recurrir a mis influencias para que te sacaran de ese detestable lugar-Mi madre exagera- es el único lugar en toda la escuela que para mí es aceptable.

Bajo a los túneles que llegan a la entrada de la escuela, cada casa de las piedras preciosas por alguna razón tienen como estas cuevas y caminos que te llevan a partes específicas del pueblo, este solo es concurrido por miembros de familias de piedras preciosas por obvias razones elitistas, los simples y semipreciosos deben tomar transporte, a nosotros solo nos toma bajar unos cuantos pisos y caminar no más de unas cuadras, aun así no tiene sentido para mi este tipo de cosas, puesto que como todas nuestras familias son narcisistas se me hace complicado entender por qué querrían caminar para llegar a cualquier sitio.



...



Después de pasar una tarde en las banalidades del instituto, aguantar las sandeces que cada uno definía como parámetros para nuestra formación integral como habitantes de la sociedad de piedras preciosas claro que el director del instituto no tiene presente que está excluyendo a gran parte de nuestros compañeros, raramente lo decía alguien que no era una piedra preciosa, sino un simplón, dejando de lado eso, al concurrir el horario de clases fui como me había dicho Tyger al Salón de Bear, un antro, porque su descripción lo hacía cuadrar en esa categoría, puesto que no poseía la típica decoración de joyería llamativas o estalactitas o piedras en bruto, solo era un local situado en una esquina no muy transitada de la ciudad con artefactos extraños y simples por doquier.

-Inna, ¿no te dije que un trato era un trato y que solo necesitaba el efectivo en ese momento y aunque tú angustiada e ignorante cara me indicaron tus más profundos deseos no me interesaba verte más?

-Necesito respuestas Ónix y sé que tú puedes dármelas, ahórrate tus frases baratas de playboy que ambos sabemos que no provocan nada en mí.

-Puedo sentir la tensión entre nosotros dos, solo tienes que admitirlo.

-Dejando de lado esta estúpida charla, dime lo que necesito- Les presento a Ónix Archemire la primera roca preciosa en salir de su familia de rocas semi-preciosas, creo que todos alguna vez se sintieron atemorizados por su presencia, admito que soy una de esas personas, aunque no por su actitud de macho alfa sino por cómo se imponía, él es sobrino de Ágata Arthur, una de las más importantes personas por aquí y aunque en apariencia eran todo lo contrario en actitud y en personalidad no estaban muy lejos, al contrario de el, Ágata posee en su piel tonalidades que van desde el verde claro hasta el lila translúcido por el contrario por otro lado él es de color negro aproximándose más al gris claro, con textura lisa.

-Entonces Onie, ¿crees que puedes ayudarnos? Es muy importante para mí saber qué es esto-usé mi tono más dulce para tratar de convencerlo-

-Así que dejaste de ser una ignorante por un rato Innatia, me gusta.

-¿En serio Onie? ¿cuando dejaras tus juegos de palabras?--dijo Tyger sonriendo de lado.

Claramente Amatia y Tyger se la llevaban de maravilla con Ónix, incluso apodo de cariño le tenían, cosa que nunca pudo pasar conmigo.

-Puedes decir o no que es lo que me diste, solo te pedí algo que me llevara al camino correcto para saber por qué todo: mi vida y las tantas reglas-lo miró esperando a que me dé una explicación-

-Y eso es lo que hice preciosa, te di justo lo que necesitabas.

-Entonces por qué no simplemente explicas.

-Es un espejo, pero que no te confundas no es un espejo común-Amatia y Tyger lo miran fijamente con expresiones de asombro como la mía.

-¿Qué se supone que es un espejo?-se atreve a preguntar Amatia-

-Es un objeto hecho de cristal pulido que hace que veas tu reflejo, básicamente te da una imagen de ti, la diferente de este a los espejos normales es que este te muestra la verdad, quien realmente eres más allá de lo que otros creen que ven en ti-Tyger se le trata de acercar antes de que el diga las últimas palabras de su breve explicación no obstante ya estarde eso fue lo último que Onix dijo antes de salir por la puerta del bar como si no nos hubiera agravado nuestras preguntas, no pensé que un objeto pudiera inquietar tanto.

PIEDRAS PRECIOSASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora