Reflejos

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Veo de nuevo mi figura en el objeto extraño y contempló con cuidado algo que se parece a mi, palpo mi piel y me aseguro que sigue siendo rugosa y dura como siempre, parpadeo varias veces asegurándome de que lo que veo no me esté engañando o que mi subconsciente me esté jugando una mala pasada. Me permito mirar una vez más, sigue sin cambios, escucho un ruido a lo lejos y temerosa escondo la pieza que me consiguieron en el mercado negro a muy alto precio.

—Inna, apura cariño que Tyger y Amatia te están esperando para dar su paseo matutino.

—Voy madre, solo estaba puliendo mi piel.

—Cariño sabes que no debes hacer eso mucho, todos pueden notar cuando hacemos eso.

—Entiendo madre, no te preocupes, tratare de no hacerlo más.

Corrí hacia al pasillo y miré de reojo la esquina de éste y justo allí se encontraban los dos. Me acerco a ellos y los saludó rápidamente y de igual forma salimos de la sala hacia la terraza que deja a la vista el enorme jardín que mi madre por ocio hace que las muchachas de servicio cuiden. Grandes cuarzos vibrantes adornan la amplia entrada hasta mi casa, hay además otras piedras pequeñas transparente a lo largo del camino, dos columnas de mármol y un balcón que tiene como vista la avenida.

— ¿Qué viste? ¿Era lo que esperábamos?—preguntó Amatia

—No sé qué tiene ese artefacto raro, no sé a quién me mostró, seguramente no era yo—digo recordando lo que vi anteriormente.

— ¿Crees que es otra dimensión o algo así?—habló con miedo mirándome

—No lo creo Amatia, parecía como una versión extraña de mi misma.

— ¿Qué quieres decir con eso Inna? —susurró Tyger asustado

—No lo sé, tal vez son solo alucinaciones, pero lo que vi no parecía de estos lados.

— ¿lo traes contigo?—mire a Tyger, lucía su piel traslúcida de cuarzo azul, rugosa e imponente mucho más por sus rasgos masculinos y acentuados, igual que todos los días, todos nacíamos de un color distinto y tipo de piedra, según el valor de ésta se nos podía catalogar de tres maneras distintas: piedra preciosa, semipreciosa o simple roca, las cuales escasamente tenían valor, esta clasificación te definía en la sociedad: tu tipo de vivienda, trabajo y amigos. Yo estaba hecha de esta piedra llamada Innatia, de allí mi nombre.

—Tyger ya te he dicho que no puedo sacar algo de mi casa sin que antes sea registrado, recuerda que no necesitamos accesorios y si llegara a tener alguno, unicamente tengo permitido salir al instituto con el morral.

—Entonces llévalo mañana, todos deben de ver lo que viste—Amatia sugirió de manera dudosa.

—No estoy segura, las reglas allí son más estrictas que en cualquier lado de esta estúpida ciudad.

—Bueno, después de salir de clases nos encontramos en el Salón de Bear como siempre y lo llevas, de paso llamamos a Ónix, él fue quien lo consiguió, algo de información debe tener—respondió Amatia.

...

La vida en piedras preciosas es realmente aburrida o al menos eso dicen todas las Ladies que se pasan por aquí, afirman que la magia ocurre en la ciudad de cristal, donde todo es más grande, hay más entretenimiento, cines, centros comerciales y grandes parques, éste lugar es un pueblo pequeño comparado con la capital, no obstante no por eso pasa desapercibido, por dictamen, los acontecimientos importantes deben ser escritos a puño y letra por los habitantes y ser enviados a la Reina Escarlata, quien no es más que la "gobernante" de todos nosotros, ella es quien dicta el orden, las leyes y la clasificación por aquí.

Mi familia es una de las más ricas de esta ciudad, le siguen la de los Rixon, Tyger es uno de ellos y los últimos, pero no menos importantes los Reimer, familia a la cual pertenece Amatia, por esto es que ellos son mis amigos, las piedras preciosas solo hablan con piedras preciosas ¿cierto? Para mi es solo un principio estúpido, puesto que desde que tengo memoria han marginado a los simples—como los llaman todos—debido a que ellos viven en lugares medianamente decentes, obligados a ser prácticamente nuestros sirvientes, estoy cansada de mirar cada día como todo empeora, mientras que todos se regodean de estar en posiciones importantes, no me queda más que ver todas las atrocidades que hacen las familias más "prestigiosas" Quiero que eso cambie y no podré lograrlo sin saber por qué somos como somos, para qué tantas reglas y clasificaciones, averiguare de una vez por todas la razón de nuestra sociedad.

PIEDRAS PRECIOSASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora