PIEDRAS PRECIOSAS

Salon Bear

—Básicamente necesitamos averiguar qué pasa con tu tía y la Reina Escarlata, Onice—el suspiro y miro hacia otro lado tratando de esquivar la situación
—Creo que tú misma preciosa me has dado la orden de no estar "encima tuyo", así que el estar "investigando" significa que estemos más cerca de lo que te gustaría, además todo este tema resulta completamente aburrido
—Me estas mintiendo ¿Sabes que cuando mientes alzas muchas las cejas?—me arrepentí apenas dije esas palabras, le acaba de admitir a Ónix el egocéntrico y estúpido chico que gasto mi tiempo en admirar sus gestos
—Alguien me observa más de lo que admite—lucía más sorprendido que tomando una actitud de soy macho y aquí estoy.
—De vuelta a lo importante, debe haber una razón por la cual ellos ven esos espejos mágicos más que nosotros—
—No son mágicos, eres muy tonta si crees que ese objeto tan corriente es algo sobrenatural y especial, todo esto tiene que tener un explicación
—Entonces si la hay, ayúdame a encontrarla, tal vez puedas revisar que encuentras en la habitación de tu tía Ágata—

...

Así que aquí estamos en la casa de Ónix, hablando con Ágata mientras él busca alguna pista de donde salió el espejo o algún dato que tenga su tía que no quiera decir.

—He oído rumores Inna, que estas saliendo con mi sobrino y que es algo serio—Ágata alzo las cejas como una adolescente esperando el chisme más grande de la temporada, no quiero ser quien la baje de esa nube, no voy a negarlo ni a afirmarlo, más que ilusionarla solo lo hago porque estoy supremamente nerviosa, la excusa de Onice no fue muy buena.
—Estamos conociéndonos, siempre están la cantidad de chicos que en el instituto que le huyen y conocerlo al principio me intimidaba pero hasta ahora puedo ver que es más accesible de lo que pensaba—espero que no pienso que por accesible digo que sea un casanova o algo por el estilo—
—Ciertamente Onie es muy reservado y si ha dejado que seas parte de su vida es porque eres digna de ello—sonríe pero con ápice de misterio
—Onie apúrate estas dejando tus invitados solos—respiro con un poco de dificultad pensando en que él está allá adentro
—Creo que iré a ver por qué se demora tanto—no se ha puesto completamente de pie cuando él se acerca a sus espaldas por el pasillo y le da un susto
—Lo siento, me entretuve con Archie, ha estado trabajando tan duro y no lo había visto en un largo rato, nada como una buena conversación

Estoy más tranquila y suspiro mientras Ónix toma asiento a mi lado y da tres palmadas en mi espalda reconfortándome como si supiera que lo necesitaba en aquel momento. Su tía se retira dando como excusa que tiene asuntos importantes, requieren de su presencia inmediata en Ciudad Cristal, después de todo ella era como la mano derecha de la Reina Escarlata y es muy común que viaje cada cierto tiempo a ayudarla con asuntos propios de orden político, económico y social.

Después de mirarnos las caras unos minutos, entendimos que preguntar que había encontrado aquí no era la mejor opción, las paredes tenían oídos y la seguridad en esta casa era una de las mejores, bajamos a la azotea para pasar por los túneles e irnos rápidamente a uno de los barrios simples para ir al Salón Bear, aunque no era el mejor lugar al menos era el apropiado para hablar tranquilamente, la gente estaba tan ebria o distraída en sus propios vicios y problemas como para entrometerse en los de otros.

Onice saludo al menos una docena de personas, se sentó en la barra y espero a que el cantinero se le acercara, este era medio bizco se podría decir que era una mala combinación entre una piedra preciosa que era un cuarzo y granito, a este tipo aun cuando era considerado simple como los demás eran difícil de encontrar, suponía como una mezcla entre simple y piedra preciosa y se tenían un poco más en cuentos que los demás pero su trato no era tan distinto al de un simple normal.
—Un bourbon Eclipzo, necesito algo fuerte esta noche—el sujeto le sonrío de manera casual
La barra estaba hecha de madera, estaba ya muy vieja y desgastada e incluso pegajosa, los asiento de igual manera, casi al final de la mesa estaba un recipiente con maní, cuales quieran que quisieran posaban sus manos en ese antihigiénico tazón plagado de bacterias y cientos de enfermedades, detrás de la barra había un estante con distintas botellas que para mi asombro tenían de los más finos licores hasta nombres que jamás había escuchado. Al darse vuelta Eclipzo como lo llamo Ónix tomo un vaso y lo puso de manera abrupta en la barra y combino varias bebidas en él.
— ¿Quieren algo las sublimes piedras preciosas?—dijo en modo de burla mientras guiñaba un ojo
—Nada para mis acompañantes, gracias—dijo Onice mientras de manera de agradecimiento por el trago lo tomo en su mano y lo alzo
—Ten cuidado con quien traes a este lugar, no muchos están a gusto con los forasteros—le advirtió mirándolo fijamente

—Siento que todo esto no nos llevara a nada bueno—admite Tyger después de un rato en silencio
—Tu más que nadie deberías estar entusiasmado por saber que realmente está pasando, después de lo que viste en ese espejo—los mire con recelo a los dos, ellos no dijeron que habían visto y que Amatia afirmara algo así picaba mi curiosidad
—Entre a su habitación y encontré en una de sus gavetas cientos de espejos iguales al que les di, no vi nada distinto, excepto un detalle del cual no me percate la vez anterior, tiene grabada al reverso una frase y una dirección—dijo de repente él causando impacto en nosotros tres—Esta en latín, lo sé por qué por unos meses estuve aprendiéndolo, no pude comprender la frase completa, mi escaso conocimiento no fue suficiente

Tomo de su bolso el objeto y no lo saco completamente de este sino que mostró el lugar donde estaban grabadas aquellas palabras efectivamente

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Eclipzo:

Agata: