Capítulo 2: La primera cena
Una vez dentro de la que fue su habitación, Sofía escaneó todo. Nada había cambiado desde la última vez que la pisó, era la misma habitación sin personalidad de siempre. Paredes de algún tono amarillo y muebles blancos en el lado opuesto a la ventana, en el medio se hallaba una cama de dos plazas, lista para que alguien descansara sobre ella. La típica habitación que puede aparecer en una película cualquiera, su tía nunca le permitió que la decorara a su gusto.
Se sentó en la cama y tapó su cara con las manos. No sabía qué estaba haciendo allí. Nunca tendría que haber vuelto. No pasaron ni 10 minutos de su llegada y ya se sentía tan agotada.
Abrió sus ojos y miró la puerta, casi pudo ver las sombras debajo de ella, personas yendo y viniendo de un lado al otro, tal como ese día.
Sacudió la cabeza, no era momento de pensar en eso. La habitación estaba en silencio, se escucha el viento soplar y el movimiento de los árboles.
No debería haber vuelto, volvió a pensar. Pero la carta de su tía fue clara; Su abuela estaba enferma, no le quedaba mucho tiempo.
Se tiró hacia atrás, acostándose en la cama observó el techo. Un par de semanas es todo lo que se quedaría, luego volvería a su tranquila vida en otra ciudad, con sus pocos amigos y su pequeño departamento, volvería a ir al café de la esquina todos los viernes y a caminar por la plaza, que le quedaba a tres cuadras, todas las tardes. Solo dos semanas. Y no tendría que pisar aquel lugar nunca más.
Sofía se dispuso a desempacar lo que había llevado para su estadía en ese sitio, realmente no era mucho, solo varias prendas y algunas cosas de higiene personal, sin olvidar su computadora para no atrasarse mucho con el estudio durante esos días. Una vez que terminó, volvió a sentarse en la enorme cama, miró la hora, ya faltaba poco para la cena. Se peinó con las manos y se paró, guardó el celular en el bolsillo trasero de sus jeans y se dirigió a la puerta para posteriormente ir al comedor, ubicado al lado del living, siendo ambos separados por una pared que no debía llegar al metro de alto.
Su tía ya estaba sentada en la cabeza de la mesa y en la otra punta su abuela, Matilde. Había cambiado mucho desde la última vez que la vio, todo el rastro de juventud que aún le quedaba, ya no estaba. Lucía demacrada. Su tía no exageraba en la carta.
−Buenas noches. –ambas dirigieron su mirada a Sofía al oírla hablar. Madre e hija eran muy parecidas, solo que su querida abuela fue la única en mostrar algo de afecto por ella de niña. Claro que nunca el suficiente.
−Oh, Sofía. Que grande estas. –comentó la anciana embozando una pequeña sonrisa−. Ven a darle un beso a tu abuela.
Sofía camino y se posicionó al lado de ella para darle un beso.
−Hola, abuela. ¿Cómo te sientes?
−Ahora mejor al ver a mi única nieta. –le palmeó suavemente la mejilla y volvió a sentarse correctamente, indicando que el momento de reencuentro ya había acabado.
Exactamente, el afecto nunca fue suficiente.
Sofía se sentó en el medio y un silencio sepulcral inundó el comedor. La rubia menor miró sus manos, no sabía qué decir.
Los pasos de Soledad se escucharon, interrumpiendo aquella incomoda escena, se acercó cargando una bandeja que contenía un recipiente de vidrio. Sopa, cenarían sopa. Sofía evitó hacer una mueca, nunca le gustó la sopa, desde niña la habían obligado a tomarla. Observó a su tía que ya le devolvía la mirada, esperando a que hiciera un comentario al respecto. Víbora, sabía que su sobrina odiaba la sopa.
Sofía la ignoró, no pensaba darle el gusto, así que le agradeció a Soledad cuando esta le sirvió sopa en un plato.
Acercó la cuchara a sus labios, el olor a calabaza inundó sus fosas nasales, tragando un insulto, bebió. Odiaba la calabaza. La cena transcurrió en silencio, seguramente bebió más agua en esa cena que en toda su vida, solo así podía tragar la comida.
El postre no fue mejor, pero al menos la ensalada de frutas si le resultaba apetecible.
Al terminar, Soledad volvió para retirar los platos y Sofía pidió permiso para irse a su habitación. Su abuela la dejó ir. Al caminar, sintió la mirada de su tía clavada en la nuca. Trató de no pensar mucho esa noche.
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Noche En La Estancia #PGP2024
Mystery / ThrillerCrecer sin padres y quedar al cargo de una tía estricta y con unos abuelos indiferentes, deja secuelas. Pero recordar la muerte de tus padres las deja aún más. Sofía tuvo que madurar muy pronto para poder tomar sus propias decisiones, eso no evit...