Serenata de una noche

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Como de costumbre, cada cierto tiempo el ladrón Kaito Kid anunciaba el robo de alguna costosa joya. Y ésta noche le tocaría hacer su espectáculo nocturno en uno de los museos más importantes de Tokio.

"A media noche llegaré y reclamaré lo más valioso que pueda tener entre mis manos" Kaito Kid.

Al no especificar absolutamente nada, la policía y sobre todo el inspector Nakamori se había puesto histéricos sacando conclusiones evaluando cada tesoro y joya que se encontraba de exposición en el museo. Las medidas de seguridad aumentaron el triple junto con los periodistas y las cámaras de televisión.

En resumen, el anuncio de Kid había llegado hasta el último rincón. Por supuesto que también llegó a oídos de un pequeño niño de gafas que leía el periódico con impotencia.

-¡Maldición! ¿De nuevo tú? No te dejaré escapar...Kaito Kid –Exclamaba Conan para sus adentros.

Asistir al lugar no le sería difícil, ya que la mejor amiga de Ran, Sonoko, además de ser hija de millonarios, está completamente obsesionada con el ladrón de traje blanco y no se pierde ninguna de sus puestas en escena. Se solicitó también la ayuda del gran Kogoro Mouri "El durmiente" , como refuerzo para detener a Kaito Kid.

Faltando exactamente una hora para la aparición del ladrón, el pequeño detective se dirigía a casa del profesor Agasa, debido a que Haibara se lo había solicitado.

-Llegas justo a tiempo. El nuevo prototipo del APTX 4869 está listo"

Lamentablemente no podían hacer la prueba en ese momento. Quedaba muy poco para que Kaito Kid irrumpiera el museo. Aun así, a duras penas, Haibara le hizo entrega del prototipo a Conan.

-Que quede claro Kudo que cada vez que lo ingieres, tu sistema crea anticuerpos que de a poco te harán inmune...No hubiera accedido a dártelo sin supervisión de no ser porque si quieres atrapar a Kid necesitas tu cuerpo normal –Se excusaba la chica.

Eternamente agradecido y aliviado el muchacho abandonaba la casa del profesor para partir rumbo al museo.

A pesar de la hora, el lugar se encontraba atochado de personas, helicópteros, cámaras y policías. Cualquiera que viese el lugar pensaría que es imposible que alguien se escapara entre tanta multitud y seguridad, pero el gran Shinichi Kudo ya conocía los trucos del ladronzuelo. Utilizaría la aglomeración para pasar desapercibido. Rápidamente se aproximo junto a Ran, Sonoko, el tío Kogoro y el inspector Nakamori, quién chirriaba los dientes mirando el reloj.


Diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno, cero. Al igual que en año nuevo, la gente hacia la cuenta regresiva para la aparición de Kid.

-¡Damas y caballeros! -Desde lo más alto del museo y con una majestuosa luna llena a sus espaldas, Kaito Kid se presentaba. Inmediatamente todos comenzaron a gritar y a moverse de un lado a otro para tener una mejor panorámica -¡Esta noche vengo a reclamar el tesoro más grande que se me puede conceder! Y para eso vengo con un pequeño truco bajo la manga -Continuó diciendo con una sonrisa. Y tal como había dicho, de la manga de su brazo derecho sacó una guitarra.

-¡¿Una guitarra?! -Exclamaban el inspector y Kogoro al mismo tiempo.

Con el dedo índice sobre su boca indicando silencio, Kaito Kid hizo callar a la multitud y comenzó a tocar una casi angelical melodía acompañada de una letra que nunca nadie había oído jamás.

Bajo la luz de mi aliada la luna,

Cantando sin demora y

Haciendo testigo a muchas personas

Del amor que traigo en el pecho

Serenata de una noche (KaiShin-Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora