"Still You" - One Shot ; EunHae - HaeHyuk.

ADVERTENCIA: Este one shot contiene temas que pueden no ser de tu agrado. Es relación hombre x hombre.

Hoy se cumplían 6 años desde que vivía en Londres. Ayer fue mi cumpleaños. Desde que había llegado, mi vida había tomado la misma rutina que tenía en Corea. La misma aburrida y monótona rutina. Por las mañanas me levantaba, me bañaba y vestía.  Salía de casa para ir a la cafetería, por mi desayuno. Iba en el automóvil, por lo lejos que quedaba, y luego de desayunar, iba al trabajo para pasar todo el día ahí. Mi horario de salida era a las 19:00 hrs. Estaba acostumbrado a la rutina pesada y el trabajo difícil en la oficina.

Me presento, soy Lee Donghae, coreano, hijo de padres algo adinerados pero corazón frío y egoísta como la gran mayoría de gente adinerada. Mi razón de estar en Londres, no es algo fácil de explicar, pero… de todas maneras, es algo que debo contar. Hace muchos años, tuve un mejor amigo. Éramos amigos desde pequeños por causa de nuestros padres, que eran compañeros de trabajo en la industria en la que estaban. A menudo se hacían cenas familiares y los hijos más pequeños y de más cercana edad éramos nosotros dos, por lo que nos hicimos amigos. Con el paso de los años, nos volvimos inseparables. Comíamos juntos, dormíamos juntos, viajábamos juntos, nos bañábamos juntos, jugábamos juntos e hicimos que nos pusieran en el mismo colegio, para estar juntos. De los dos, él era el fuerte, el que soportaba más, era menos sentimental. Yo, en cambio, era débil, indeciso, miedoso, cobarde y lo peor de todo, llorón. Por todo eso, él era quién me cuidaba, me levantaba el ánimo y me ayudaba cuando más lo necesitaba. Siempre que pasaba frío, se quitaba su chaleco y me lo daba, cuando tenía hambre me daba su comida, cuando lloraba, me abrazaba largas horas sin decir nada y cuando quería dormir, habría sus brazos para que yo me apoyara en él.

Pero para mí todo cambió, cuando un 15 de Octubre, yo estaba llorando porque mis padres se habían ido a China por trabajo el día de mi cumpleaños número 23. Él, como siempre, me abrazó por largas dos horas, mientras yo lloraba y balbuceaba estupideces en contra de mis padres. No era normal que un hombre de 23 años llorara por algo tan básico, pero como he dicho, soy llorón. Cuando decidí que era bastante y que no debía llorar más, me separé lentamente de él.

“-¿Estás bien? –dijo, frunciendo el ceño.

-No, pero ya es hora de que termine de llorar por algo tan estúpido… -pestañé seguidas veces para calmar el ardor de mis ojos.

-Donghae, sabes muy bien que no es algo estúpido, estás de cumpleaños… y… oh, no diré nada más, pero sabes que no es bueno. De todas maneras, yo siempre estaré aquí para ti, Fishy… -Limpió con su pulgar la lágrima que corría por mi mejilla derecha. Sonreí ante el tacto. Siempre tan buen amigo.

-Lo sé, siempre has estado cuando te he necesitado… siempre lo estarás, y yo jamás me iré para dejarte solo… eres muy buen amigo, mi mejor amigo… -dije, mientras lo miraba a los ojos en la poca distancia que teníamos.

-Pero yo quiero ser algo más que tu amigo… -empezó a acercarse lentamente. Me congelé ante lo que dijo, me quedé inmóvil y sin saber que realmente hacer. ¿Realmente había dicho eso? ¿O simplemente estaba alucinando? Pero… ¿Yo alucinar con algo así? Estábamos a escasos centímetros, sentía su aliento contra mi cara, su respiración lenta, su perfume varonil… reaccioné y me paré de la cama. El me miró como si me comprendiese, pero a la vez con una expresión dolida. No me gustaba verlo así, pero debido a lo que dijo, no me iba a acercar. Tenía miedo.

-¿Q… Qué ha… haz dicho? –tartamudeé a causa de la sorpresa y confusión.

-Donghae, yo te amo, desde hace tiempo lo hago… todo lo que hago es porque te amo, te protejo porque te amo,  eres perfecto, tu eres con quién soñaba, eres… -salí de mi habitación, dejé de escucharlo, corrí lejos. Tenía miedo, mucho miedo.  Corrí escaleras abajo, y sin avisar a ninguna sirvienta, salí de casa sin destino fijo. Corrí hasta el parque más cercano. Me senté en una banca y comencé a llorar, de nuevo. Estaba cansado de llorar, pero era inevitable. Muchas cosas horribles me estaban pasando. Mi familia estaba lejos y se habían olvidado de mi cumpleaños, mi mejor amigo me acababa de confesar que me amaba y mi sensibilidad estaba a flor de piel. ¿Qué mejor que eso? Y nótese que estaba siendo sarcástico. Esperé un tanto de 4 horas, las más largas de mi existencia, para volver a casa y no encontrarme con mi mejor amigo…
Terminé mi proyecto nuevo de vida mientras caminaba lentamente de vuelta. Al llegar, miré fijamente la puerta y luego entré. Estaba decidido, sin decirle a nadie me iría esta misma noche de Corea. Huiría. “