Capítulo 2

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—¿Dónde estabas?, te he estando buscando por todos lados–le dije mientras ella se hacia a un lado.

— Estaba recogiendo las llaves de mi taquilla en dirección y...... veo que ya hiciste un amigo.

—Si el.... el es Ricardo

—Mucho gusto Ricardo, yo me llamo Sofía —le dijo con una sonrisa mientras movía su mano de lado a lado.

—Mucho gusto.

Después de un largo silencio incomodo le dije a Sofía que teníamos que ir a la primera clase y me despedí de Ricardo . En seguida nos dirigimos al salón de arte y después de buscar unos lugares juntas ella me empezó a lanzar todas las preguntas posibles para saber mas sobre el y sobre como nos conocimos, pero al contarle que me tiró se empezó a reír a carcajadas.

—¿De qué te ríes?

—Pues de que eres tan inocente como para no poder notar que estaba tratando de ligar contigo

—Claro que no lo estaba el... solo estaba tratando de ser amable conmigo por haberme tirado.

Pero lo que decía Sofía era verdad, yo nunca me daba cuenta de cuando alguien esta tratando de ligar conmigo, a mi me tienen que hacer una presentación y explicármelo con bolitas y palitos para que me de cuenta de alguien esta ligando....

Pero en eso el profesor de artes llegó y empezó a dar su clase sacándome de mis pensamientos.

Hasta que al fin llegó el descanso y fue hasta entonces cuando Alice apareció entre toda la gente de los pasillos saludando y gritando "esperen. No se vallan. LUA!!!!!  No te atrevas a dar otro maldito paso!!". Hasta que por fin llegó a nosotras, nos saludo y nos puso al día.

Resulta que viajó a Inglaterra con su madre y conoció a muchos de sus familiares que viven allá y nos trajo regalos, y también cuando regresó conoció a un chico que se llama Emel.

—Ay no tienen idea, es súper guapo, es caballeroso, es atento, amable y le encanta cocinar.

—¿Estas segura que no está fingiendo?

—Si, estoy segura, gracias por preguntar de nuevo Sofía.

—Pues a si se me hace que lo hace, es un hombre

—Claro que no lo es, aparte...

No terminó de hablar y solo se me quedó viendo con cara de pervertida, cuando vio que Ricardo llegó y se sentó a mi lado.

—Entonces, ¿si vas a dejar que te de un recorrido por la escuela?

—Aún no lo decido

—¿Y cuándo lo vas a decidir?

—Todavía no lo sé

—Bueno,  cuando lo decidas me puedes marcar a este número —dijo mientras extendía un pedazo de papel a mi mano, luego la agarró y la sostuvo acariciandola con el dedo.

En ese momento sentí como mi corazón se detuvo y mi respiración se aceleró provocando que mis amigas se empezarán a reír. Por lo visto les dio mucha gracia como me ponía nerviosa cuando hacía eso.

—Lo haré.

—Bueno, o creo que debo irme Daniel me esta esperando por allá —dijo señalando a su amigo, que estaba recargado en la pared de la cafetería.

Alzó la mano y saludo, luego se despegó de la pared y se dirigió hacia nosotros.
Al llegar a la mesa saludó todos y se sentó a lado de Ricardo .

Era un chico pelirrojo, de ojos color café, traía puesto un saco y una bufanda azul enredada en el cuello.

Por alguna razón se me hacía demasiado conocido y no podía dejar de verle. Por supuesto, mientras estaba tratando de recordar, por que rayos sentía que ya conocía a ese chico, mis amigas se hicieron cargo de lo que estaban haciendo conmigo solo que esta vez con otra persona: Ricardo. Trataban de saber todo sobre el y yo solo le veía un poco asustado.

— Oye, ¿estas bien?

—Si, claro. ¿Por qué preguntas?

— Pues desde que llegue no has dejado de mirarme. Bueno, será mejor que vayamos a clase, o la profesora nos regañará.

—Cierto, entonces me llamas, ¿verdad?
—Claro

—Nos vemos.

Después de que se fueron Sofía
y Alice estallaron en carcajadas lo cual me dejó desconcertada, ¿de qué rayos se reían tanto?

Hola, ¿ te acuerdas de mi? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora