Epílogo Alternativo: ¿Bad End?

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¿Alguna vez has escuchado ese dicho que dice: «No juzgues a un libro por su portada» o «No todo lo que se aparenta es cierto»?

¿Sí?

Me alegro, porque, Nagisa Shiota; un joven orbes y cabello celeste, condenado a una costumbre lamentable, ideales y hábitos que sólo le causaban malestares,  por fin dio por terminada su vida.


— Actualidad —

Apretó con fuerza esas hojas entre sus manos; sus ojos estaban nublados por tantas lágrimas, el nudo en su garganta parecía quererlo ahogar y los leves sollozos eran apenas audibles; se sentía enojado, frustrado, dolido, confundido y sobre todo culpable.

Aún recordaba esa tétrica y trágica escena; los libros, ropa y objetos regados por toda la habitación; los tapices de las paredes estaban completamente rasgados y varios cristales completamente rotos se encontraban tirados justo al final de la pared, sobre el suelo. Las cortinas de las ventanas tenían manchadas de sangre ya seca y lo peor... El cuerpo de su amado yacía, justamente a un costado de la cama, la cual, estaba completamente desarreglada y rodeada de un charco de sangre, a causa de las profundas heridas que se había hecho en las muñecas.

—Nagisa... Mi Nagisa... Por favor, perdóname—sollozó el pelirrojo mientras se lamentaba y sus lágrimas eran el único medio que reflejaba todo su dolor. Los golpes que le proporcionaba al suelo con sus puños, ya no era suficiente. Ya era tarde y él lo sabía. Su gran amor, no volvería a su lado, él se había suicidado. Ahora comprendía la soledad que Nagisa estuvo sintiendo por todos estos años, a la porquería de padre que lo había engendrado, así como los trastornos y traumas que desarrolló, y los tantos silenciosos pedidos de auxilio que quiso pedir. Pero, sobre todo, se dio cuenta que esa hermosa sonrisa, siempre había ocultado todos sus sufrimientos—. Nagisa, ahora responde: ¿Por qué debo seguir viviendo si ya no estarás junto a mí? —cuestionó a la nada como si pudiera darle una respuesta.

—Debes vivir... Karma, no quiero perder a ningún amigo de nuevo...—Yūma, lo miró desde el marco de la puerta, pues, de igual forma, tenía los ojos rojos y levemente hinchados a causa del llanto.

—Isogai, s-si...si no m-me hubiera ido de su lado—tartamudeó entre hipidos—, si no lo hubiera hecho..., Nagisa...—apretó con más fuerza sus puños y su voz se escuchó aún más dolida—. ¡Nagisa estaría aquí conmigo, maldición! —gritó.

— ¡Y si tan sólo yo no me hubiera mudado, también podría haber evitado que muriera! —gritó de igual forma, sin poder retener más sus lágrimas—. ...Pero él hubiera no existe... No existe—se dejó caer de rodillas mientras sollozaba, aún le dolía tanto haber perdido a su mejor amigo, casi su hermano, no obstante, la realidad era que, su mayor dolor era por la culpa de no haber estado con él.

El pelirrojo desvió su mirada para después ocultarla bajo su flequillo, las lágrimas de nuevo se deslizaban por sus mejillas. Era verdad, él no era el único que estaba sufriendo, sin embargo, pese que odiaba demostrar su debilidad y nunca se lo había permitido —a excepción de cuando estaba con Nagisa— ahora, en este momento, le era imposible mantenerse firme. El dolor que sentía, lo consumía por completo, desgarraba y quemaba cada parte de su ser, hasta el punto de que era difícil respirar.

—Chicos...—murmuró desde la puerta, Rio—, es hora de que nos va-vayamos—trató de sonar normal pero los hipidos a causa del llanto le dificultaban el habla.

—Gracias, Nakamura, ya vamos—respondió, Isogai. Tenía que calmar su llanto o preocuparía a su pareja—. Karma, es...

— ¡Karma! —gritó bastante molesto, Gakushū. Entró a la habitación y sin demorar ni un segundo, sujetó uno de los brazos de Karma y exclamó—: ¡Vamos, levántate y deja esa maldita apariencia tan lamentable!

Notas para ti 「Finalizada」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora