Happy birthday | Nagumo x Suzuno

1K 59 52
                                    

Título: Happy birthday.

Pareja: Nagumo x Suzuno.

Categoría: One-shot.

-**-

Había dejado de diferenciar la realidad de la ficción, el sentido de las cosas ahora carecía de importancia, estaban en un segundo plano. ¿Qué era lo real? ¿Qué era la mentira? Simples palabras y puntos de vista ¿no creéis? Dejó de importarme el hecho de estar sobre la Tierra a causa de la gravedad, de poder respirar porque el aire contenía moléculas de oxígeno que hacían a su vez bombear mi corazón, podíamos decir que a mí me decías que ahora vivíamos en Saturno y yo lo ignoraría, no te llamaría mentiroso y tampoco sabio. Podía leerme el mejor de los libros, o llegar al máximo récord de la categoría que quisiera, lo ignoraba. Quizás vivíamos en una película de ficción, o era un muñeco en un circo de marionetas cuyos hilos mi mente había dejado de controlar. Eso era, un muñeco. Los días se habían vuelto ambiguos, y las noches, pesadas. No lloraba, pero tampoco reía. Empecé con esa actitud poco después de comenzar la secundaria, pero no, si pensáis que mi problema era el bullying, insultos y cosas como aquellas, no, no era eso en absoluto. El desencadenante de mi desgracia se debía nada más y nada menos que a la fama que me acontecía. Al poder y a la envidia que todo el mundo me tenía. De alguna manera, Suzuno Fuusuke era un nombre respetado en aquella secundaria de pacotilla en la que todo el mundo era alguien. Es decir, todos los chicos se creían especiales. ¿Es que acaso no veían que sus vidas eran tan patéticas como la mía? Todos habían venido de algún lugar de acogida, un orfanato o lo que fuera, en la academia Alius, todos habíamos tenido nuestros problemas. Mas, ¿qué nos hacía especiales? O más a aún, ¿qué les hacía creer a ellos que eran mejores que los demás? Todos compitiendo por ser los mejores en el club de fútbol, todos queriendo ser el ojito derecho de papá y ganarse sus favores y sus reconocimientos.

Creía que yo no iba a destacar, de verdad que no, pero todo fue demasiado divertido como para ignorar el hecho de como me convertí en alguien reconocido. Sin embargo, no es algo interesante. A día de hoy, no puedo decir que me arrepienta de lo que pasó, pero tampoco es que me sienta mal ni me martirice con ello.

Fue un incidente en la cafetería, nada más. Me quisieron gastar una broma pesada, cogieron mis libros y empezaron a lanzarlos por encima de la mesas como si estos no tuvieran un uso más importante que el de ser tirados sobre la comida hasta mancharse y acabar siendo inservibles.

En ese momento, me levanté, sí, tan solo me levanté, y miré al tipo que había empezado toda aquella parafernalia, lanzándole una mirada helada. Le cogí del cuello de la camisa y me acerqué a su oído para susurrarle con mi aliento frío unas simples y crueles palabras: «Si el destino ha hecho que te cruces conmigo ha sido bastante cruel, pobre de ti». Todos me miraron viendo el rostro del chico, asustado por mis palabras. En realidad, yo no tenía nada más que mi capacidad de manipulación para hacer que sintiera miedo hacia mí, lo cual me vino bastante bien. Me recogió incluso los libros, y me los guardó del mismo modo que los sacó para tirarlos y jugar con ellos. Rápidamente, ese respeto se extendió entre sus amigos, y entre las chicas que ahora susurraban cada vez que me veían, con miradas furtivas y sonrojos cubriendo su mejillas. Pronto esos amigos pasaron a ser los míos, bueno, amigos o más bien subordinados que hacían todo lo que se me pasaba por la cabeza.

¿Qué más decir? Era el rey del lugar.

Pero con los meses, y con el paso del tiempo, me di cuenta de que ninguno de ellos eran mis amigos. Que todas esas chicas que se me declaraban tan solo buscaban una noche de sexo sin más, no buscaban amor ni relaciones. De todos modos, de poco les servía intentarlo, ninguna me llamaba la atención, y no me iba a acostar con ninguna de ellas por un simple capricho, tenía mi orgullo.

Inazuma Eleven | One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora