La vida de ensoñación de Naruto.

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En el País del Fuego, en la aldea de Konoha, el pueblo se encontraba en paz y tranquilidad, disfrutada al fin después del incidente que había ocurrido en la casi destrucción de la luna, sino fuera evitada por el Héroe de Konoha...

En ese momento, un pequeño pajarito se asomó por la ventana de un apartamento bastante desordenado, donde el único habitante en la humilde morada, un joven rubio de cabello corto, ojos azul cielo, y tres marcas de bigote en cada mejilla, vistiendo solo una polera gris con el símbolo del remolino, y pantalones cortos color verde, no dejaba de roncar y moverse en su ya desordenada cama.

-G-Gha...- bostezó Naruto, babeando levemente-... Gha...- empezó a moverse de un lado a otro, hasta resbalarse y caer de cara contra el piso de madera, soltando tal exclamación de dolor que el pajarito, espantado, se fue como alma en pena.

-¡DUELE-DATTEBAYO!- el rubio comenzó a rodar por el piso, sobando su adolorido rostro, hasta chocar con un mueble, provocando que le cayera en plena cara el despertador sin baterías- ¡AAAAAAAYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY!-resonó en toda la casa.

[Grrrrrrrrrr. Deja de hacer tanto ruido]

Eso detuvo la pataleta de Naruto, que se quedó tirado en el piso, amurado.

-¡Criticón!- explotó Naruto, levantándose adolorido.

[Tsch. Mocoso insoportable. Te prefiero mejor dormido] le aseguró el enorme zorro de nueve colas en su interior, Kurama, quien había estado disfrutando del silencio que se interrumpió por su Jinchūriki.

-Pues te digo lo mismo-dattebayo- se amuró el rubio, pero su enojo se pasó al ver la fotografía posada en la repisa del mueble con el que había chocado- ¡Ah~!- la tomó, apreciando a la hermosa joven de pelo negro azulado y ojos blancos, que se sonrojaba levemente por ser fotografiada- ¡KYA! ¡HI-NA-TA~!- abrazó la foto, sumamente contento.

En su interior, Kurama soltó un ruido por la garganta, como si le hubieran dado nauseas.

Su Jinchūriki, desde que empezó a salir con la hija de los Hyuga, había entrado en una especie de "Ensoñación enamoradiza" que hacía que se volviera un meloso sin causa, detallista, tímido, enamoradizo, empalagoso, e insoportable a la hora de dormir, porque normalmente dormía abrazando la almohada, llamándola "Hinata, Hinata, Hinata", fastidiándole el descanso al pobre Biju.

-Good Morning, People~!-Naruto se asomó por la ventana, gritando a los cuatro vientos, ignorando completamente a los aldeanos en la calle que lo quedaron mirando...

[¿Días? Querrás decir tarde, tarado] bufó Kurama, extrañando al joven.

-Bha, solo quieres amargarme el día- le aseguró Naruto, ignorando al zorro- Solo estás celoso porque tengo novia-dattebayo~- aseguró, entrando, observando la foto de Hinata-¡KYA! ¡Tengo novia~! ¡Que maravilloso suena-dattebayo~!- comenzó a dar vueltas por el lugar, fastidiando más al Biju.

En eso, tocaron a la puerta, por lo que el rubio, aun soñador, se acercó a abrirla.

-¿Diga~?- abrió encantado, hasta quedarse en blanco al ver en el portal a Hinata, llevando una canasta

La joven parpadeó, sorprendida por la reacción del rubio.

- ¡¿H-Hinata?!- se alarmó Naruto, recobrando la compostura.

-B-Buenas tardes, Naruto-kun- saludó la pelinegra.

-¡Ho-Ho-Hola!- Naruto intentó apoyarse de manera cool en la puerta, solo para resbalarse y caer al lado de Hinata, que lo miró, preocupada.

Cómo perder a tu novia en la primera citaWhere stories live. Discover now