Cómo perder a tu novia en la primera cita

La Cita: la prueba más grande para cualquier shinobi....

-¡G-GHAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!-

En el departamento donde vivía el Héroe de Konoha, sonó de repente aquel aullido, mientras el ruido de golpes y cosas caerse llenaban el silencio de la mañana...

-¡TARDE! ¡ES MUY TARDE-DATTEBAYO!- Naruto salió rodando del departamento, poniéndose la chaqueta y con un trozo de pan en la boca- ¡KURAMA! ¡¿POR QUÉ NO ME DESPERTASTE?!-

[G...G...] el zorro entrecerró los ojos, despertando [¿Qué acaso ya es hora para ir a perder a tu novia?] bostezó, con ganas de echarse otra siesta.

-¡NO VOY A PERDER A NADIE-DATTEBAYO!- Naruto se levantó y comenzó a correr...

[Naruto... La puerta...] lo detuvo el adormilado Kurama, haciendo que el rubio regresara sobre sus pasos y cerrara con seguro la puerta de su humilde morada [Ahora sí, sigue corriendo como idiota...]

-¡No disfrutes esto!- le pidió molesto Naruto, comenzando a correr por las calles de Konoha- ¡Es tu culpa que me quedara dormido-dattebayo!-

[¿AH?] eso le quitó el sueño al enorme zorro[ ¡¿Cómo que mi culpa?! ¡No intentes hacerme responsable de tus estupideces, mocoso inútil!]

-¡Fuiste tú quien me hizo ese Cuestionario del Amor-dattebayo!- le explicó molesto Naruto, sin darse cuenta que los aldeanos lo miraban pasar, extrañados porque hablara solo.

[¡T-Te hice solo unas preguntas, maldición!] gruñó Kurama.

-¡O-Ojala Hinata aun no haya llegado!- murmuró Naruto.

[Bueno, el quedarte dormido para tu primera cita es un augurio de que será tu última] bostezó el enorme zorro en su interior.

-¡KYAAAAAAAAAAAAAAAA!- se asustó Naruto, y aumentó la velocidad de sus pies, llegando a dejar unas líneas de fuego en la calle, para susto de los que pasaban.

"Idiota... Eres demasiado sencillo de manipular" bostezó Kurama, con sueño, aunque eso fuera lo normal para él.

En el interior de Naruto, además de molestar al rubio, lo que más hacía era dormir, dormir, dormir...

Y no se aburría...

Bueno, era mucho mejor que tener una cita...

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Mansión Hyuga.

-¡KYA!- resonó en toda la residencia.

-Tranquila, Nee-sama- le pidió Hanabi a Hinata, siguiendo a la pelinegra que corría por los pasillos comiéndose un pan y tomando una taza de leche- Es natural que te quedes dormida para tu cita. Me imagino que tuviste buenos sueños~- le mencionó, haciendo que su hermana se atragantara y comenzara a toser, deteniéndose- Ah, ah. Eres demasiado sensible- la quedó mirando.

-Ha-Hanabi, por favor- pidió Hinata, recuperándose.

-Pero...- Hanabi la miró con cuidado, un poco dudosa- Al final te has puesto lo de siempre. Ah- suspiró- ¿Cómo quieres hacer caer a Naruto-oniichan con tu ropa de diario?- se rascó la cabeza- Nee-sama es tan inocente-

-¡Hanabi!- se escandalizó Hinata.

-¡Hanabi-sama!-escucharon, por lo que se voltearon para ver acercarse a dos shinobi del clan- Hemos hecho lo que nos ha pedido- le aseguraron.

-¿Lo ataron con firmeza?- preguntó Hanabi, mientras Hinata la miraba, extrañada de lo que hablaban.

-Sí- asintió uno de los shinobi, sonriendo incómodo- No creo que Hiashi-sama pueda interrumpir a Hinata-sama y a Naruto-sama mientras lo tengamos atado- se volteó, para que ambas hermanas observaran al jefe del clan atado a un árbol, sujetado por varios Hyuga.