Capítulo 1

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Una dulce melodía resonaba por toda la habitación, la joven de cabello carmesí dejaba volar sus dedos sobre las teclas del piano. Algo no estaba bien, no sonaba del todo correcto, le fallaba algo, sabía que había un error en alguna parte y le incomodaba el hecho de no poder solucionarlo, de no encontrarlo.

-No te frustres -una suave voz intentó tranquilizarla.

La joven se giró para poder mirar a la dueña de esas palabras. Umi se encontraba en un pequeño sofá con una libreta en la mano, la joven intentaba escribir una letra para la canción, pero nada le venía a la mente, no estaba inspirada. Sonreía tiernamente a la menor, quería tranquilizarla, sabía que cuando Maki se cabreaba con algo no tenía buen fin.

-Hay algo mal, no sé el qué, pero no suena armónico -le comentó-, llevo un buen rato intentando encontrar el error, pero no lo veo.

-No te preocupes -la mayor se levantó y cruzó la sala hasta ponerse al lado de ella-, cuando tengamos la letra, será más fácil hacer la música, por ahora vas muy bien.

-¿Llevas algo de la letra? -preguntó alzando su cabeza para poder cruzar sus miradas.

-Nada, esto está siendo muy difícil -suspiró mientras le mostraba una hoja llena de tachones.

No pudieron evitar soltar una pequeña risa ante la situación que ambas estaban viviendo, apenas tenían avance alguno, sabían que no tenían prisa, pero no les gustaba hacer esperar al resto.

-¿Quieres escuchar lo que llevo? Por lo menos de la parte que está bien.

Umi se sentó a su lado y esperó a que comenzase a tocar. Se perdió mirando los dedos de la chica, el cómo por cada tecla que presionaba una dulce nota salía, notaba como su piel se erizaba por la dulce melodía. Subió su mirada desde las manos hasta su rostro, no lucía nada seria, tenía los ojos cerrados, no necesitaba mirar las teclas, no necesitaba mirar la partitura, estaba sintiendo la canción.

-Hasta aquí.

La chica giró la cabeza y se sonrojó al ver como Umi la miraba, ninguna articuló palabra alguna, estaban perdidas en sus miradas. Umi apoyó sus manos en los extremos de la banca y se acercó con lentitud hacia Maki, esta, sonrojada y sorprendida por lo que su amiga estaba a punto de hacer, entrecerró los ojos esperando que le besase, aflojó la fuerza de sus brazos y su mano cayó sobre el piano haciendo que ambas se asustasen debido al estruendo de las notas.

-¡Lo siento! -Exclamó apartándose de la pelirroja- Debería de seguir con la letra.

Umi se levantó con intención de volver al sofá avergonzada por lo que casi hace. Maki bufó ante la actitud de la chica, era demasiado vergonzosa para ella. Dejó la banca y agarró con fuerza la muñeca de la peliazul dando un tirón de ella, girándola y poniéndola contra su pecho cara a cara.

-Cobarde... -susurró.

Un piano entre lirios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora