La confesión y lo que soy...

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Los personajes no son de mi propiedad, son solo usados por diversión sin recibir lucro de por medio.

Con Cariño para todos, este también es un fic largo, con varias parejas, pero no tendrá incesto...

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Todomatsu caminó a su casa en un trance que ni el mismo podía identificar, sentía que su piel quemaba, que un extraño calor se alargaba por sus brazos, hasta sus codos y sus hombros.

Sus mejillas debían estar teñidas de rojo, no recordaba cuando había sido la última vez que su cuerpo se había sentido así, no recordaba si quiera si su cuerpo alguna vez había estado de esa forma.

Se recostó en el suelo, tratando de olvidar las palabras de su amigo, tratando de olvidar como una y otra vez el suave "me gustas" había sido pronunciado por Atsushi, tocó sus labios, sintiendo como el color subía a sus mejillas y estaba seguro que llegaba hasta sus orejas, apretó los ojos recordando el evento.


Atsushi lo había citado para esa tarde, la verdad es que había sido una sorpresa para Todomatsu, ya que en ese horario su adinerado amigo normalmente se encontraba trabajando.

Todomatsu lo encontró en la banca del parque, llevaba ropa casual, distinto a su traje de siempre, Totty se detuvo a observar al otro, su pecho parecía apretarse, era una sensación extraña, quizá debía ir al hospital a que lo revisaran, buscó en su amigo, en ese que siempre se podía ver la seguridad de un empresario.

Caminó a paso lento, notando el suave movimiento que tanto las manos como las piernas del otro hacían.

—Atsushi, tanto tiempo. — Todomatsu levantó la mano y sonrío de forma nerviosa. — ha pasado mucho, lamento te hice esperar.

—Matsuno-kun, no te preocupes, solo espere unos minutos, te agradezco que vinieras, sé que esto fue repentino. — Atsushi hablaba de forma atropellada, resaltando el nerviosismo del más alto.

—Atsushi tranquilo, ven sentémonos, y me cuentas que era tan importante que no podía esperar.

Atsushi se quedó en silencio simplemente mirando sus manos, por su lado Todomatsu solo podía sentir que su propia calma se iba al carajo.

—Atsushi.

—Todomatsu...solo dame unos minutos. — Un fuerte latido dio el corazón del menor de los hermanos, su nombre se oía tan diferente a como él mismo podía recordar, siempre se había sentido así cuando alguien simplemente decía Todomatsu, no, era algo diferente, era la voz de Atsushi la que hacía merma en él.

—Okey...— apoyó sus manos en la banca, sintiendo un suave toque sobre ellas.

Atsushi apoyo su mano sobre la del muchacho de rosado, aun en profundo silencio. — Sabes Todomatsu, la primera vez que te vi sentí envidia, tú forma de ver el mundo, tú familia, tenías cinco hermanos que darían su vida por defenderte, Dios, no sabes cuánto desee tener un hermano, solo uno, que tuviera la mitad de lo que los tuyos hacen por ti o tener unos padres que te amen o que te lo demuestren, no así como los míos.

—Atsushi...

—Por años pensé que esto que crecía en mi pecho era envidia, con los años asumí que había crecido y que simplemente toda esa envidia se había transformado en una profunda amistad, pero estaba equivocado, no es amistad lo que estoy sintiendo por ti, simplemente me gustas.

—Atsushi, no entiendo a qué...—pero a media oraciones unos labios tomaron los suyos, un suave calor se fue extendiendo por ellos, los ojos del sexto Matsuno se abrieron, simplemente cerró su puño buscando las fuerzas necesarias, impactando de lleno en la mejilla del mayor.

—¡Demonios! — Todomatsu estaba furiosos, no había notado la fuerza con la que sus puños se habían estrellado contra la mejilla del mayor hasta que miro al muchacho en el suelo. — no quiero que te me vuelvas a acercar, me escuchaste.

Totty quiso correr, sentía que el corazón se le saldría por la garganta, como era posible que un simple beso le hiciera tantas cosas, un beso con un hombre.


El sonido de su teléfono lo trajo de vuelta a la realidad, era el número de Atsushi, un mensaje corto, conciso, pero con palabras que podían matar a alguien.

"Lo siento Todomatsu, te amo, no te volveré a molestar, hasta siempre"

El pecho del menor se oprimió de golpe, llevó sus manos a su boca dejando caer
el aparato, Atsushi lo amaba y se había ido para siempre de su vida.

Se cubrió el rostro con las manos cuando las lágrimas comenzaron a bajar por sus pálidas mejillas, la vida no era justa,cuantas veces había deseado ser distinto a sus hermanos, pero no era justo, no era esa la manera que deseaba, tantos años esperando, tantos años tratando de entender que era eso que crecía en su pecho, tanto tiempo buscando el nombre para ese sentimiento, tanto tiempo buscando la palabra correcta para él, cuando en el fondo simplemente era homosexual.








Espero no lo odien !!!

HomosexualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora