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Tom de encontraba plácidamente dormido aquella noche de tormenta. Los rayos iluminaban la habitación por míseros segundos, los truenos y relámpagos hacían mucho ruido acompañado del sonido de las gotas chocar contra el techo. La habitación de Tom era la última de la casa, la que ocupaba la mitad del segundo piso.

Se cumplieron las 03:00 en el reloj, acompañado de un trueno que resono demaciado cerca de la casa. El muchacho de rastas tenía el sueño pesado.

Y desde aquella esquina oscura le observaba dormir.Tom estaba desparramado por la cama, sólo traía un boxer blanco que simons le había dado, su pecho estaba trabajado y se veía realmente guapo así...

Decidió acercarse lentamente, saliendo de la oscuridad. Otro rayo iluminó la habitación y su rostro pálido y sin vida alguna. Él mantenía su vista en su hermano mientras caminaba y su cuerpo se iluminaba de vez en cuando, hasta llegar a la cama. Se sentó en el borde y llevó una de sus manos hacia el pecho de su gemelo, acariciando este lentamente, sin apuros.

No podía evitar mirarlo dormir en la noche, su gemelo era el más hermoso de todos.

-No deberías estar aquí -Levantó su mirada del pecho de Tom. Éste tenía los ojos abiertos y miraba en su dirección.

-No pude evitarlo -Murmuró sabiendo que su hermano lo escucharía perfectamente, había encontrado una manera de hablar con él sin utilizar el celular.

-Sabes que necesito dormir-Tom recosto su cabeza lentamente una vez más, mirando el techo.

-No quieres que me vaya de todos modos -Bill se subió lentamente a la cama, Tom podía sentirlo.- Quieres que me quede contigo, como antes...

-Bi- -Cayó al sentir como su difunto hermano pasaba sus manos por su pecho, quemando un poco su piel. El pelinegro recorría lentamente el pecho de su hermano con sus manos, hasta llegar a su cadera la cual apretó suavemente. Bajó un poco su cabeza y dejó una cadera de besos y lamidas en la cintura de su hermano, cerrando sus ojos.- Puedo sentirlo-Habló Tom, sonrojado- Quiero verte... por favor...-Suplicó el muchacho.

-Sabes que requiere de mucha energía -Murmuró el pelinegro.

-No importa! -Sentenció.- Te extraño... mucho en verdad...

Bill no pudo hacer más que suspirar asistiendo, mientras se abrazaba al cuerpo de Tom. Éste sentía todo su cuerpo arder, de pronto se sentía un poco débil, pero podía comenzar a distinguir al pelinegro sobre su pecho hasta que se hizo completamente visible.

-Te extrañé -Susurró Bill. Tom no pudo evitar derramar alguna que otra lágrima rebelde.

-Ven aquí -El pelinegro entendió y se acomodó mejor sobre el mayor, abrazandolo por completo. Se quedaron un momento así, no necesitaban nada más.

Bill se incorporó un poco y bajó sus labios sobre el pecho de su hermano comenzando a besar este.

-Tomi... -Murmuró dando pequeñas lamidas a uno de los pezones de su gemelo.- Te amo -Y levantó su cabeza, dejando un suave beso sobre el pecho del hermano mayor.

Esa noche iba a ser muy larga...

Hey Bill | TollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora