Te Extraño

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Oh Dios mío, cómo le extraño.

Tanto le extraño que mis ojos se llenan de lágrimas en solo imaginar que jamás volverás. De solo creer que me abandono, me dejo para siempre.

Tanto es lo que le extraño que difícilmente puedo creer que fue real.

Y que al final solo fue un bonito pasatiempo, un bonito sueño, que igual que los demás, te incrustaste en mi corazón, estúpido yo, estúpido soy y permití una vez más enamorarme de un anhelo tan hermoso como lo eras tú.

Mi dulce chico moreno de cabello rizado y tono bronceado; de sentimientos hermosos, vida alocada y soñador incomprendido.

Aquella linda persona llena de soledad que ahora extraño tanto.

¿Qué me hiciste? Que no puedo sacarle de mi mente.

¿Qué me has hecho? Que odio sentirme vacío.

Estoy al borde de la locura; necesito verle, escucharle, sentirle...

Oh Dios mío. Haz que vuelva. Te lo imploro, te lo suplico ¿Me conoces? Porque debes saber que lo amo demasiado y no quiero perderle.

Él me enseñó a navegar y cruzar el mar del destierro. Sin él mi vida hubiera dejado de tener sentido, se habría hecho un oscura, sin sentido alguno. Sin él yo no hubiera podido ser libre de mente.

Yo fui su apoyo y él fue el mío. Lo extraño tanto que apenas y puedo respirar.

Escucho mi corazón latir y mastico la ansiedad por saber de él.

¿En qué rayos me he metido?

Pido auxilio y nadie me escucha, ruego por él y soy ignorado, hasta tu Dios, quien mira en lo alto.

Ya no sé cómo seguir, lo extraño tanto... Tanto extraño sus ruidosos mensajes, sus extensas charlas y sus tan coloquiales palabras. Me odio por amarlo, pero como no amarlo, si tan lindo fue. Como no amarlo, si solo él me conoce bien, extraño lo cuan hermoso fue.

Su raíz un pasado insólito que hoy solo vive en mi memoria.

Con lágrimas caer sobre mis mejillas, con una mano en el corazón y un grito ahogado, rezo por su bienestar.

Porque de qué sirve vivir sino se me permite amar. Lo extraño... Le extraño... Tanto es mi amor por ti, que extrañarle es mi único oficio. Tanto te extraño que hubiera deseado no haberlo arruinado y poder tener el valor para decirte que te extraño porque en realidad te amo.


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