Nueve meses y cinco días.

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El invierno ya dio paso a la primavera. El tiempo ha pasado con creces. Aún te extraño. Dicen que las pérdidas se superan, hoy he comprendido que es una farsa. Una tonta mentira que todos inventan para sentirte mejor. No se supera, jamás lo haces. Simplemente aprendes a lidiar con el dolor como si tuvieras una venda tapando una herida que jamás sanará.

Sé que hace mucho que no te escribo, pero nunca he dejado de pensarte. Te llevo en mi alma. Soy tu hija y tú mi padre. Aún lo eres estés donde estés. Hace unos días fue tu cumpleaños, el primero desde que tú ya no estás. No sabes cuánto deseé poderte decir "Feliz cumpleaños" y lo siento, en verdad lo lamento. Nunca creí en que llegaría el día en el que desearía abrazarte tanto como en este momento, nunca fuimos muy demostrativos y no sabes cuánto me arrepiento. 

Pero papá, no te angusties por mi tristeza, sé que no es lo que quieres e intento ser feliz por ti, te lo debo. He conseguido un trabajo, la paga no es gran cosa y el trabajo no es el que el mejor pero no me quejo, al menos he podido salir de mis apuros económicos. El próximo año entraré a estudiar, tal como te lo prometía cuando no sabía que partirías. Aún no me decido  qué carrera escoger y es que ¡hay tantas!  En este preciso momento imagino la cara que pondrías al enterarte de que tu hija aún no sabe qué estudiar y el corazón de me llena de una amarga melancolía. La vida no es justa, desperdiciamos tantos momentos así, que ahora que no te tengo para crearlos, la verdad cae sobre mí aplastándome crudamente.

Sé que parece que estoy derrumbada, pero tranquilo papá, me he vuelto fuerte. Tengo planes para un futuro, con Leandro estamos pensando en mudaros juntos, ya sabes, crear una familia. Desde tu partida me he sentido mas sola que nunca pese a que  muchas personas me han acompañado. Y en todo este tiempo él ha sido mi pilar, es un gran chico, te habría caído de maravilla. Lamento que no se conocieran. 

Quiero hacer muchas cosas en mi vida, y las haré solo para poder contártelas en nuestro reencuentro. Prometo intentar no extrañarte demasiado entre tanto, aunque es casi imposible. Papi, te prometo que viviré mi vida con intensidad y alegría, así cuando parta para nuestro reencuentro, estarás orgulloso de mi. 


Lo que no te dijeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora