Capitulo 9. "La escoria."

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Narra Kinshiro: 

Por fin lo había perdido, no había ninguna señal de él, eso era bueno... O algo así.

 Maldición... Soy realmente cobarde, eso fue lo que pensé por huir del que alguna vez había sido mi mejor amigo. ¿Por qué simplemente no podía verlo a los ojos y decirle lo que sentía? ¿Por qué no podía escuchar lo que  tenía que decirme? Creo que sé la respuesta, es por miedo... Miedo de que se burlara de mi, de que dijera que soy un patético, un exagerado y sobre todo un egoísta. 

Entré al instituto caminando por los pasillos con la mirada clavada en el suelo, sumido en todos mis pensamientos, y en cada uno de ellos estaba Atsushi. Estaba tan despistado que de pronto sentí como mi cuerpo chocaba con algo, o mas bien alguien... 

  — Fijese por donde va. 

Susurré entre dientes mientras alzaba mi vista para poder ver a la persona que se había atrevido a chocarme, por mala suerte esa persona había sido En Yufuin. No tenía esa mirada tan calmada, parecía preocupado y lo más raro era que tenía una botella de agua en la mano ¿Qué se supone que estaba haciendo? Él debería estar en clases. 

  — No deberías estar aquí. 

—  Lo sé. 

Dijo con un tono despreocupado, como si no fuera grave saltarse de clases, en verdad es irritante. Hizo una pequeña pausa para luego llevar ambos brazos detrás de su nuca. 

—  Es algo importante, necesito llevarle esto a Atsushi. 

Colocó la botella frente a mi rostro, supongo que quería que yo entendiese a lo que se refería. Di unos pasos hacia atrás y me puse a pensar... ¿Una botella de agua para Atsushi? ¿Para qué? Creí que Yufuin era vago ¿O esos dos tienen algo especial? 

  — ¡Oe! Presidente. 

Su voz llamándome me sacó de mis pensamientos interrogatorios. 

— Presidente... 

— No me importa lo que sea, me da igual si él tiene sed ¡Ve a clases! 

Lo regañé cruzando mis brazos delante de mi pecho, no podía dejar que deambulara por el instituto sin ningún permiso, no era apropiado. 

Me miró desafiante por unos segundos, finalmente suspiró. 

— Como quieras, pero entonces ve a llevarle esto a Atsushi tu. En realidad, me harías un gran favor. 

Me lanzó la botella de agua y yo por instinto la atrapé con algo de torpeza. 

— Nos vemos~ 

Sonrió ampliamente, metió las manos en sus bolsillos, y se dispuso a dar media vuelta para irse caminando. 

  — ¿Eh...? 

Con el ceño fruncido miré el embace con agua ¿Qué carajos acababa de pasar? ¿¡Cómo se atrevía a decirme que hacer!? Es un indecente... 

— Ah, y presidente... No te olvides de dárselo, está en la enfermería. 

"Enfermería..." Mi corazón dejó de latir al escuchar esa última palabra... ¿¡Enfermería!? ¿¡Cómo qué enfermería!? 

Me había desesperado, mi pecho se oprimía con tan sólo pensar en todas la catástrofes que le pudieron haber sucedido. Sin  dudar ni un sólo minuto más comencé a correr para ir a verlo. 

  — Ya voy... At-chan... 

Susurré entre varios jadeos. No puedo creer lo rápido que cambiaba de opinión, pasé de quererlo lejos a quererlo cerca... 


No sé cuanto tiempo pasó desde comencé mi camino hasta que por fin había llegado, sólo sé que fue una eternidad ya que paraba a cada maldito minuto para recuperar el aire, mi resistencia es realmente pésima. Una vez en frente de la puerta los nervios se habían acumulado en todo mi cuerpo. ¿Y si se burlaba? ¿Y si no quería verme? No... Eso ya no importaba, debo enfrentarlo... es la oportunidad perfecta, y oportunidades así sólo pasan una vez en la vida. 

Me iba a declarar, le iba a decir todo lo que sentía, seguramente moriría de vergüenza pero eso tampoco importaba. Respiré profundo para calmarme y abrí la puerta con la mano que tenía libre. 

— ... 

Sin palabras, así es como me quedé luego de ver aquello. 

Yufuin se colocó al lado de la camilla, en dónde se encontraba Atsushi, para luego susurrarle algo en el oído. 

Pero... ¿Cómo había llegado antes que yo? Eso.. ¡Eso era imposible! 

Entrecerré los ojos con furia, decidido a entrar a aquél lugar para interrumpir esa maldita escena. Esa valentía me había durado poco... 

Atsushi se sentó en la camilla sin despegar la mirada de Yufuin, y le sonrió... Le sonrió como solía sonreírme a mi. 

  — ¡Eres el mejor, En-chan! 

Exclamó con alegría y al mismo tiempo rodeó el cuerpo del castaño para que ambos se unieran en un abrazo, cosa que la escoria no tardó en corresponder. 

¡Suficiente! Yufuin lo había hecho todo a propósito...  Traerme aquí, solamente para ver a su amor triunfar. 

Solté una risa amarga, ¡Y vaya sorpresa! El castaño se percató de mi presencia y dió varios golpecitos con su dedo en la espalda de Atsushi. 

  — Oye... 

Llamó al peliazul indicándole que volteara. 

  — ¡Kin-chan! Al fin llegaste~ Yo quería... 

No lo dejé terminar, los ignoré a ambos y me largué de ese estúpido lugar. No quería escucharlo, no quería escuchar a nadie. 

— ¡Kin-chan, espera! 

Oí que grito mi nombre, aún así no me detuve. 

Esto no se lo voy a perdonar. 



Te extraño... (YAOI- Kinugawa Atsushi x Kusatsu Kinshiro.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora