La Hora de Las Pesadillas

Cara de calabaza

Me Han aguado el Halloween!!-se quejó Mike

-! Gastar bromas a Los vecinos cuando todavía no es de día no es divertido!¿Por qué tenemos que volver a casa a Las ocho? mamá puso cara de resignación.

-Súbete al coche-ordenó a Mike-y deja de protestar.Ya sabes Por qué Han impuesto un toque de queda este año.

-Por que Los padres son estúpidos-gruñó Mike.

-A causa de Los niños que desaperecieron el año pasado en Halloween-dije-.Y tambien al año anterior. mike se encogió de hombros

-¿ y eso qué tiene que ver con nosotros?-Preguntó

-Anda,Mike,Súbete al coche-le pedí-Liz y yo tenemos ganas de marcharnos de Una véz.

-No me apetece recoger calabazas.Es un Fastidio.-Mike cruzó sus flacos Brazos sobre el pecho E hiso un mohín- ¿Por qué tenemos que Ir a esa granja?

-Por que lo hacemos todos Los años contesto mamá sin perder la paciencia.Está acostumbrada a Las rabietas de Mike.Todos lo estamos.

-pues finjamos que ya hemos ido-repuso Mike.Se cree muy listo.Tiene diez años, dos menos que yo, y siempre está enfadado.

Mamá asegura que no es culpa suya,que todos Los pelirrojos son así.

«Los pelirrojos tienen un genio endiablado»,dice. No entiendo que tiene que ver que sea pelirrojo.Mike siempre handa refunfuñando,protestando,blandiendo el puño y metiéndose en líos.

La semana pasada se habia peleado con unos niños en la escuela, y le hicieron saltar dos dientes. De todos modos estaban a punto de caerse.

Sin los dientes parecia un farol de Halloween,pero cuando se lo dije, Mike me atizó un puñetazo en el estomago y por poco vomito la cena.

-Vamos, Mike. Aver si nos ponemos en marcha de una vez-dije,Dándole un pequeño empujón para obligarlo a montarse en el coche.

Mike se volvio bruscamente y me amenazó con el puño.

-!Mira que te doy, Andrew!

-!Oye,que ha sido un accidente,hombre!-replique con una carcajada.

-Tú sí que eres un accidente-soltó Mike

-Vamos,Mike-intervino mi amiga Liz-Nunca he ido a recoger calabazas.Quiero que me ayudes a buscar una bien grande.

A mike le cae bien Liz.Por lo general se porta bien cuando ella está presente.acabó por subir al coche, anunque a regañadientes.

Liz y yo suspiramos, satisfechos de arrancar por fin . Nos acomodamos en el asiento trasero y nos abrochamos el sinturón de seguridad.

Liz tiene doce años, como yo. Vive frente a nosotros,pero puesto que sus padres trabajan todos los días hasta muy tarde,pasa mucho tiempo en nuestra casa.

Ambos mirabamos por la ventanilla,viendo desfilar los árboles a través del cristal. Las hojas otoñales caían a nuestro alrededor , como una lluvía roja y amarilla. Cuando dejamos atrás los árboles pasamos frente a granjas y campos.

-Bueno,¿Me ayudaras a recoger una calabaza mike?-Preguntó Liz

-sí.No dejes que te ayude Andrew-contestó Mike-Las calabazas que recoge siempre están podridas por dentro,lo mismo que él.

-Puedes decir lo que te dé la gana-repuse. Sabía que Mike quería provocarme, pero odio discutir constantemente con él. ¿Por qué tiene que mostrarse siempre tan quisquilloso?

Al mirar por la ventana vi junto a la carretera un cartel naranja, con forma de calabaza, que desía «GRANJA DE CALABAZAS DE PALMER, A 2 QUILOMETROS.»

Me vino a la mente la imagen del señor Palmer,el dueño de la granja de calabazas.Era un tipo siniestro.

Me recordaba a uno de sus espantapajáros: alto y flaco,vestido con un mono que le veia demasiado grande.Siempre caminaba muy tieso,vigilando sus campos,contemplando a todo el mundo con esos ojos inexpresivos y atetradores que parecían dos agujeros negros e insondables.

-ya hemos llegado-dijo mamá alegremente.En filó el camino de grava y lo siguío hasta el aparcamiento.Junto a la desvensijada cerca había cuatro o cinco coches aparcados.

Me apeé y estiré los brazos sobre la cabeza.Hacía un día soleado,frío para ser octubre.Mi aliento formaba nuvecillas de vapor. El aire de la granja desprendia un olor fresco,dulce.

Cuando llegamos a la puerta de la verja salió recibirnos una mujer joven vestida con una campera y una gorra anaranjada.

-Las calabazas de la primera colina estan demaciado maduras.-nos imformó-y de las que están plantadas junto a esta cerca ya se han llevado las mejores. Capas encuentren una en el campo de al lado.

Le dimos las gracias y nos dispusimos a atravesar la verja.

-Otra cosa...-añadió la mujer, señalando hacia la izquierda-¿ven esa cerca, alta pintada de verde? El señor Palmer no quiere que nadie la atraviese ,¿de acuerdo?

-¿Por qué?¿Que hay alli?-preguntó mike,Muy tipíco de él...