El viento comenzó a agitar sus ropas y su cabello, en medio de ese cielo azul la noche regía con intenso frío que solo para él resultaba agradable ya que había olvidado que alguna vez conoció el calor, en ese alto lugar el mundo parecía demasiado pequeño en medio de tanta oscuridad, el viento lo azotó y el oyó que comenzaba a susurrar su nombre primero suavemente luego lo gritó, se asustó, se tapó los oidos, intentó que ese sonido no le llegara, era imposible, se estaba volviendo loco... Ahhh la locura, tan dramática y sin sentido para muchos, tan lógica y persuasiva para otros, pero para él, incomprensible. No entendía a las personas, lo intentaba pero aun así había tan diferentes puntos de vista que concebirlos todos era como dividirse... y los gritos en esos momentos todos con diferentes tonos de voz algunos desgarradores, otros rogando ayuda, mientras que otros era como si ya lo conocieran, como si supieran algo de él; eso era lo que lo confundía, las emociones humanas, saber que tantos sentimientos podían ser expresados con tan solo una palabra, pero decidió no prestarles atención, al cabo de poco tiempo las voces se callaron repentinamente mientras él presenciaba el momento en el cual, lentamente entre las montañas la luna se mostró casi tímida, pero con un tamaño imponente, y como un luminoso adorno adquirió altura, cuando estuvo casi sobre su cabeza, susurró:
-Ya es tiempo de presentarme de nuevo.
Dió una profunda reverencia, se volteó de espaldas al abismo y la luna llena se acomodó debajo de su cabeza tiñendose de un rojo tenue casi imperceptible, el chico en la cima de la montaña percibió como poco a poco su visión se tornaba borrosa y se dejó caer al vacío soltando una carcajada, luego, desapareció.
Y otra vez allí, en el mismo lugar, a la misma hora, no obstante, era más divertido, otra época, nuevas caras y nuevas armas, significa diferentes muertes, aunque el resultado siempre sea el mismo, sangre en cada centímetro de su cuerpo y con una victoria, una de las ya incontables que tenía y cada vez una parte de él perdiéndose en medio de la matanza.
Él ya no sabe qué es ser una persona.
Algunas veces la masacre, no batalla, dura algunas horas otras veces minutos, tal vez te preguntes ¿quién es?, ni siquiera él lo sabe. Tiene recuerdos de lo que alguna vez fué, pero el laberinto de lo que él llama vida se hizo demasiado largo, doloroso y cruel, y hace tiempo que dejó de buscar la salida; no hay peor persona que aquella que se rinde, pero tampoco hay peor persona que aquella que blande el filo de su espada en contra de un hermano suyo, su elección de excusa ha sido la locura aunque no la comprenda, pero, ¿quién necesita comprender cuando ni siquiera se sabe o se está seguro de la verdad?.
Una vez se hizo una pregunta, ¿Quién fuí?, solo pudo gritar.
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¿Hay alguien allí?
FantasyEl ya no sabe que es ser una persona. Su mundo se desvanecio con tan solo una pregunta ¿Quien soy?