La misma noche en que Sehun y Yixing se conocieron, esa misma noche ya estaban entregados al calor del momento.
Habían llegado demasiado rápido al apartamento de Yixing y antes de alcanzar la puerta ya estaban besándose desenfrenadamente otra vez.
Yixing abrió la puerta con gran dificultad, mientras un impaciente Sehun se estaba dejando llevar por el deseo, tocando toda la piel que pudiera como si el tiempo para hacerlo fuera limitado.
—Quítate los pantalones. —¿Yixing se lo estaba pidiendo? Sonaba más como una orden.
No importaba ahora qué clase de palabras podrían ser esas. Sehun se iba a dejar llevar por lo que Lay le dijera que hiciera, al fin de cuentas, el experto en sexo gay era Lay.
Acababan de cerrar la puerta y aun en el pasillo, ya estaban empezando a desnudarse.
—De acuerdo, pero no dejes de besarme. —Si Lay le había dado una orden, Sehun también podía hacerlo, ¿no?
Yixing sonrió, obvio no pensaba dejar de hacerlo.
—No voy a parar, lo prometo.
De algún modo, uno desconocido para ambos por cierto, lograron llegar a la habitación. Y entre besos desesperados, impacientes caricias, respiraciones agitadas, y pensamientos ardientes, los dos llegaron a estar completamente desnudos.
Yixing tumbó a Sehun sobre su cama. A Sehun le gustaba la manera en que Lay lo exploraba con la mirada llena de lujuria, tanto como para sentirse duro otra vez, como si fuera posible estarlo en un grado mayor.
La exploración visual duró demasiado poco, los dos estaban demasiado ansiosos en hacerlo.
De repente la pregunta llegó a la cabeza de Yixing: ¿Con cuántas chicas había estado Sehun? ¿A cuántas había permitido verlo así? Muy seguramente eran bastantes y todas habrían quedado igual de satisfechas con lo que veían así como Yixing se estaba sintiendo ahora.
Era sexo.
—Quiero tener tu pene en mi boca. —las palabras sucias de Lay lo sorprendieron. No porque fuera sucio hablar así, era más bien porque no pensaba que fuera posible.
Nunca ninguna chica con la que había estado Sehun le había hecho alguna felación, aunque lo hubiera deseado nunca había sido capaz de plantearlo mientras tenía sexo con ellas, y ahora era Lay el que pedía hacerlo.
—Sí, hazlo.
Yixing no necesitaba oír nada más. Bajó su cabeza y con su boca empezó a hacer su trabajo.
Adentro, afuera, adentro, afuera, adentro, afuera...
Sehun pensó que Lay debía tener mucha práctica porque lo hacía demasiado bien y eso lo estaba enloqueciendo. El contacto de la lengua de Lay con su pene era llevarlo al éxtasis.
Sehun había cerrado los ojos, pero si esto no volvería a suceder, al menos le gustaría recordarlo bien, así que abrió los ojos y quiso ver la cara de Lay mientras éste dedicaba toda su atención a su miembro.
El cabello de Lay tapaba toda su vista.
Sehun retiró todo ese cabello de la cara de su amante y lo mantuvo sobre la cabella de Lay para que no tapara su rostro. Sehun sonrió al encontrarse con esa mirada. Lay no se detenía y le excitaba también ser observado así.
Sí, bien, mira... obsérvame hacerlo...
—Detente ahora, o voy a venirme en tu boca y no quiero terminar tan pronto. —la voz de Sehun sale totalmente ronca después de un momento de haberse quedado viéndose.