Capítulo 1

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Aviso: Este es un capítulo muy muy largo.



Me relamí los labios, con los ojos clavados en el plato vacío de tarta que tenía frente a mí. Solo quedaban un par de migas de la base de lo que había sido un exquisito trozo de tarta de frambuesas.

Las risas en la mesa me hicieron subir los ojos de mi plato y clavarlos en el resto de chicas, éramos seis en una mesa de ocho. Las dos chicas que no habían podido venir a la reunión social del abuelo estaban siendo criticadas justo ahora.

Cómo me gustaría cambiarme por una de ellas y no estar sufriendo esto.

Yo me habría ausentado, casi siempre lograba una excusa para faltar a estas reuniones. Pero este era el mes al que le tocaba hacerlo a mi familia, lo estábamos haciendo en la casa de verano, definitivamente no podría haber hecho nada que me hubiera hecho faltar.

Salvo dejar que me atropellara un camión, que en aquel momento, rodeada de arpías que se suponía que eran amigas entre sí, criticando a las chicas que habían faltado (una enferma, otra por estar de viaje en Hawai), en aquel momento, Dios como me gustaría estar bajo las ruedas de un tráiler de seis.

Removí las migajas que había en el plato, de un lado a otro, mirando los platos de las otras chicas que, máximo, habían tomado dos bocados de tarta. Y estaba segura de que, cuando el camarero recogiera los platos, estaría extrañado del mío vacío y no de los suyos llenos.

Y también estaba segura de que aquí no comían nada, pero después, en sus casas, rodeadas de seda, tragaban un trozo de tarta tras otro. Apariencias.

- ¿Y tú? – Alcé los ojos del plato, soltándome el labio que había empezado a mordisquearme. – ¿Con quién quedarás esta vez? – Tragué saliva.

- Heechul – murmuré, poniéndome derecha en la silla y las chicas intercambiaron una risita.

- Qué suerte.

- Dios. Estoy deseando tener una cita con Heechul. Es alto, guapo, tiene una villa en Italia y es, jodidamente, un rebelde. – Hice una mueca, pensando en Yoongi, si Heechul era un rebelde, él ascendía a delincuente. Bueno, quizás lo era en algunas ocasiones pero... – Adoro a los chicos malos. Estoy tan harta de los niños de papá – suspiró, mirando al resto de las chicas que como cotorras saltaron a gritar lo de acuerdo que estaban, pero ¿y qué eran ellas?

Ellas también eran niñas de papá, y por supuesto no durarían ni medio día en las calles por las que Yoongi se movía. Ni siquiera sabían de qué estaban hablando. Rinnah se inclinó hacia delante, toqueteándose el pelo, mirándome con una sonrisa de superioridad.

- Pero no te emociones. Quedé con él el mes pasado y puedo decirte que acabamos en muy buenos términos. – Resaltó el muy, mirando al resto con una ceja alzada, quise bufar pero solo sonreí falsamente, sin mirarla, y ellas se rieron. Su risa se me taladraba cada vez más. – Nuestros padres se reunieron un par de veces después, con eso lo digo todo. – Y volvió a dejarse caer sobre el asiento, sintiéndose satisfecha consigo misma, supongo.

- ¿Dónde te llevó? – preguntó Shijin, deseé que no lo hubiera hecho.

- ¿Dónde crees? – se rió. – Solo diré, lugar muy privado y totalmente de su estilo.

¿Y sus padres se reunieron después?

Me apostaba cualquier cosa a que se había quedado embarazada.

Ellas gritaron un poco y se rieron al mismo tiempo, abanicándose con las manos. Me incliné hacia Hyojae y le pedí su trozo de tarta. Asintió casi sin mirarme, y cambié su plato por el mío. El tema de conversación de las citas duró hasta que terminé de comer el segundo trozo de tarta y miré a mi alrededor.

Silver spoon  - Min YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora