Capítulo 4

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Me había subido a un sofá para ver donde se había metido

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Me había subido a un sofá para ver donde se había metido. Había un chico y una chica enrollándose de forma bestia en él y nadie parecía querer interrumpir, por lo que la mitad había estado vacío cuando me subí. Intenté escalar más arriba para ver alrededor.

Heechul y la sangre saliendo de su labio había pasado a un segundo plano. Reconocí el pelo anaranjado de Taehyung, moviéndose rápidamente y por todos lados, como un remolino. Hice una mueca con la nariz, deseando estrangularle.

Me removí, apoyando una mano en la pared y subiéndome sobre el brazo del sofá que era más alto. Por suerte no era la única subida a las alturas, había gente sobre otros sofás, mesas, sillas y barras, así que no llamaba demasiado la atención.

Y acababa de encontrar a Yoongi.

Vi a Taehyung lanzarse sobre su cuello, casi tirándole al suelo. Cuando ambos se recompusieron, sin quitar el brazo de sus hombros, le entregó el móvil, riéndose a carcajadas, echando la cabeza hacia atrás. Le señaló alrededor, sin recordar muy bien donde nos habíamos encontrado y Yoongi le dijo algo, guardando el móvil en el bolsillo de su pantalón.

Una parte de mí había tenido la esperanza de que Yoongi le regañara y le obligara a devolvérmelo. La presión en el pecho apareció. Iba a tener que enfrentarme a él.

Mierda.

Me bajé del sofá con un bufido, quedándome sentada sobre uno de los cojines, junto a la pareja que parecían estar dispuestos a llegar hasta el final. ¿Qué hacía ahora? Quizás podía ir al baño a buscar a Heechul y mandarlo a él a por el móvil.

Ya debería de haberle dejado de sangrar el labio. Y me lo debía por haberme arrastrado hasta aquí. Todo esto era culpa suya. Tenía que haber pedido un taxi como me aconsejó que hiciera al principio de la noche.

Me levanté del sofá, echando a andar hacia delante. Había abandonado mi bebida en cuanto Taehyung se largó pero si tenía que hablar con Yoongi iba a necesitar otra. Así que me acerqué a la barra, pidiendo una copa y sacando el dinero de uno de uno de los calcetines, bebiendo más lentamente de lo que había pensado hacerlo.

A mitad de la copa unas chicas se acercaron al verme sola, sugiriendo que me uniera al striptease que iban a hacer subidas a la barra. Me terminé la copa de un trago, dejando el vaso en la barra, empujándolo hacia el filo, diciéndoles que no me apetecía esa noche enseñar las tetas.

No iba a ser muy difícil. No tenía que serlo. "¿Puedes darme mi móvil?" "Gracias" "Adiós". No debería ser complicado.

Miré a las chicas, ayudándose unas a las otras entre risas y tambaleos a subirse sobre la encimera de la barra. Me asentí a mí misma y comencé a empujar gente, abriéndome paso hasta Yoongi.

Si no se había movido debía estar junto a la salida, cerca de la pared y rodeado de gente. Cuanto más lo pensaba más incómodo era... pero necesitaba mi móvil. No porque no pudiera comprarme otro, tendría un móvil para mañana por la tarde si quería, pero necesitaba cosas que tenía en ese teléfono.

Silver spoon  - Min YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora