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"Luke es la tercera vez que me cuentas la misma historia"

"¿Es enserio? Que pena, lo siento. Parece ser que es la primera vez que te la cuento" realmente sí sabia que ya le había contado eso pero ya no sabia de que más hablar. Cada vez que esperamos nuestra cita con la psicóloga le cuento todo sobre mi vida y me he quedado con la mente seca. 

"¿Cómo vas con las drogas?"cuestionó Anna tratando de parar el nudo de silencio que había.

"Creo que salgo de rehabilitación la próxima semana. La verdad las he dejado tanto y me siento bien"

No me sentía tan bien, pero solo trataba de dejar esas malditas sustancias de una vez por todas; no para sentirme mejor, si no para que la gente me dejará  de ver tan mal y que lo único que piensen no sea lástima.

"¿Qué hay de ti?"

"Uy, milagro que hayas dejado de hablar sobre ti"rió irónicamente la rubia.

Yo volteé los ojos soltando un risa pesada. "¿Cómo vas con las terapias? ¿Que ha pasado con tu depresión?"

"Pues al fin me medicaron y el doctor me regaño por las cicatrices...como todos los doctores lo hacen pero le dije que ya no me corto."

"Um, que-que bien" no sabía que decir. Ugh, es bastante hartante nunca poder tener buenas respuestas y que mi mente se bloqueé al hablar con ella, pero realmente no ayudan sus grandes ojos verdes y sus dulces y pequeñas manos siempre temblorosas al hablar.

Saqué mis revistas y me puse a leer un poco sobre los artículos que hablaban sobre mi.

"¿Anna Miller?" la chica alzó la mirada y de inmediato entro al consultorio. 

"Adiós"gesticuló sonriente cerrando la puerta, yo sonreí como estúpido de vuelta.

Llevo 6 meses hablando con ella y cada día que pasa mis ganas de invitarla a salir son más. La chica no me gusta, sin embargo se me hace muy interesante; es de las pocas personas de las que enserio me interesa su vida, ya que ¿a quién engaño? suelo hablar de mi y de mi gran éxito como celebridad la mayor parte del tiempo.

He tratado de nivelar mis ansias por consumir las drogas por lo que estoy cuidando mucho todo lo que pienso, hago e incluso escucho; ya que todo puede afectarme y así puedo recaer. No es necesario que la gente me diga idiota para saber que lo soy.

Agarré el cierre de la chamarra negra que traía puesta y lo empecé a subir y bajar; como usualmente lo hago cuando estoy aburrido o desesperado. Anna siempre tarda en el consultorio, ya parece que le cuenta hasta lo que ya le contó. 

"¿Niño te puedes callar?"murmuró enojado un adulto que leía un periódico en la sala de espera. Yo solo baje la cabeza y seguí haciendo lo mismo pero más callado. 

Hablar con Anna es muy difícil en verdad. Hace 6 meses cayo en depresión profunda ya que su padrastro golpeaba a su mamá adoptiva. Anna tuvo una vida muy complicada, ella fue adoptada por una familia de dos; una mamá y un papá, pero al parecer el padre murió de cáncer y su mamá consiguió a otro, el cual es el que la golpea. Sinceramente ya no se nada al respecto, la mayoría del tiempo le cuento mi vida a ella y dejamos atrás su vida, supongo que aveces hablo de más y para ella no es molestia no mecionar su pasado. Por esta razón me da miedo hablar con ella y romperla, lastimarla por alguna estupidez que diga o haga y así pueda recaer e incluso a auto lesionarse.

Pero ¿quién soy? Luke Hemmings, siempre hago estupideces. 

Daba repetidos toquesitos a la silla alado de mi, donde Anna se sentaba, al ritmo de la canción que tenía pegada en la cabeza desde hace ya un rato. Sin pensarlo volteé a ver a la silla donde estaba y por sorpresa mía vi que había dejado su pequeña pelota rosa. Miller siempre trae su pelotita para calmarse en cualquier ocasión, su depresiòn va a compañada de su terribke ansiedad. Nunca la había visto sin ella, la llevaba todos los días cuando tenemos cita. Una vez fui a hacer un video para mis fans en la feria de Londres y me la encontré, traía aquel juguete. Suena exagerado pero nunca la suelta por lo cual al ver la pelota sola en la silla me sorprendí bastante.

Casi dos horas después Anna salió y desesperado entre al consultorio para ya salir de aquí en cuanto acabe de hablar con la psicóloga, sin embargo había olvidado que yo tenia la dichosa pelotita rosa; como chispa salté del sofá y salí lo más rápido que pude de el edificio.

"¡Anna!" grité mientras ella subía a un taxi y este arrancaba para seguir con su camino.

"mierda" regresé al edificio y volví a entrar al consultorio pidiendo disculpas y así que la psicóloga me atendiera. 

Misma rutina, lo único diferente fue que en mi mente sólo pasaba como le daría la maldita pelota. Mi mente brilló y pensé en invitarla a salir para poder darle su pequeño juguete. 

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// Hola! Ojalá les este gustando esta fanfic, sinceramente no va a ser muy larga, pero ya la tengo toda lista, sólo me falta terminar de escribir jeje. Tengan la libertad de comentar y no se olviden de votar y poner esta historia en su biblioteca para que vean cuando la actualizo.//





I like it when you sleep; L.hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora