-Llegada-

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Mientras Josh caminaba por la acera, se paró en un escaparate repleto de blusas, bolsos, pañuelos y demás, y pensó que cuando tuviese tiempo, le compraría a Brenda la blusa que tanto le gustaba. Miró a uno de los maniquíes, y, por un momento vio una escalofriante cara dibujada en el rostro de la figura. Josh, pese a saber que no era por ello, achacó la alucinación al cansancio.

Cuando llegó a su destino, no encontró a nadie, cosa que lo enfadó, y bastante.
Llamó al señor Underhill por teléfono y éste le contestó con una voz áspera, áspera y somnolienta.

-¿Quien es?-.

-Señor Underhill, Josh, soy Josh-.

-¿Qué? ¿Josh Evans? ¿Qué hace llamándome a estas horas? Yo también duermo, ¿Sabe?-.

-Señor, usted me llamó...-.

-¿Qué? ¡No, no, ni de coña le he llamado a estas horas, déjeme en paz!-.

Underhill colgó el teléfono y Josh maldijo el mundo y el universo, volviendo a casa.
Mientras volvía, pensó en la posibilidad de que realmente Underhill no le hubiese llamado, lo que supondría que él había tenido una alucinación, o peor, ya que en ella había interactuado con objetos, como el teléfono. Un teléfono real, con un tacto real, un sonido real...

-Qué tonterías digo... ¿Qué pasa, que me estoy volviendo loco o qué?-.

Josh forzó una sonrisa, intentando alejar de su mente esa realidad.

Pesadilla© [PAUSADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora