1

839 35 0
                                    

Me encantaba Vancouver por el hecho de que era una de las ciudades más lluvias de Washington, era increíble.

Iba a interpretar a una persona a la cual no le gustaba la lluvia ni la humedad, todo lo contrario a mí.

Esa misma mañana nos íbamos a reunir todos para hablar del guión y ensayarlo un poco.

No conocía a nadie y no ayudaba mucho el hecho de que todos ya tuvieran experiencia en el ámbito de grabar películas. ¡Yo apenas recordaba los guiones pasados cinco minutos!

Mis manos sudaban había hablado por teléfono con Sthepanie Meyer y me había dicho que incluso mi voz era como la Bella de su sueño, y yo no podía dejar de reír y sonrojarme.

Mi madre me despertó más temprano de lo que solía despertar habitualmente, pero aun así llegaba tarde al primer día.

-¡Cielos! -exclamé después de haber visto el reloj que marcaba las nueve menos cuarto. Llegaba 15 minutos tarde. -¿Porqué no me has despertado antes mamá? -pregunté con la voz ronca.

-Anoche me olvide de poner la alarma. -se excusó con la mano en la cintura. -Date prisa y arréglate mientras hago el desayuno para que te lo lleves.

En cuanto mi madre volvió a salir de mi habitación me levante de la cama y a una velocidad sorprendente me quite la ropa y me metí bajo el chorro de agua fría.

-¡Mierda! -susurré, podía sentir mis dientes casteñeando. -No pienses en el frío y date prisa. -me repetía una y otra vez.

Lamentablemente todo el mundo me conocía por mi gran impuntualidad.

Me vestí con el pantalón de talle alto que había dejado preparado ayer por la noche, la camiseta de mangas tres cuartos y cortada por encima del ombligo azul, junto con mi holgada Rebeca gris, y mis zapatillas blancas.

Mi pelo tenía suerte de que era de por sí liso y en ondas, solo hicieron falta dos pasadas con el peine para que salieran todos los nudos.

Me eche un poco de vaselina en los labios ya que se me estaban agrietando por el frío, tome el guión y mi bolso negro junto con mi chaqueta verde militar y baje corriendo las escaleras.

Y sí, casi me caigo.

Recogí la bolsa de la mesa en donde dejábamos las llaves y me despedí con un sonoro : -¡Adiós!

En el coche programe el GPS ya que no tenía ni la más remota idea de en donde quedaba el estudio en el que ensayaríamos.

Le iba dando pequeños sorbos a mi termo de café, en lo que llegaba.

Sabía quiénes eran mis compañeros de reparto, y quien era la directora , los camarógrafos y todo el equipo.

Todo eso gracias a Sthepanie.

Salí del coche con la bolsa y todas mis pertenencias aún en manos.

Empuje la puerta de cristal y me encaminé a recepción en donde una morena hablaba acaloradamente por teléfono.

-Disculpa -susurre, ella cortó la llamada enseguida. -¿Dónde está la junta de Crepúsculo? -pregunté con las mejillas sonrosadas.

-En la planta cuatro, sala veinticinco.

Tome el ascensor.

Me costaba saber porque me gustaba tanto actuar e interpretar a otras personas si lo mío no era conversar. Era una persona muy tímida al principio. Sí, definitivamente lo mío no era conversar.

Cuando abrí la puerta, vi a todos sentados en el suelo en una especie de corro con guiones en las manos, mi cara ardió al ver que todos me observaban.

-Siento llegar tarde.-murmuré.

Deje todas mis cosas en una silla vacía y saque el guión del bolso, hoy solo íbamos a leer el guión y después de unas semanas lo comenzaríamos a representar. Mire un hueco vacío y me alegre inmensamente cuando vi un hueco entre Robert y Catherine fui en paso rápido para no hacerlos esperar más.

-De acuerdo. -dijo Catherine. -Comencemos la lectura.

Ese día leímos todo el guión.

Actriz de ¿crepúsculo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora