Si usted lo desea, lo acompañaré, no importa donde vaya. Aún si el trono cae y la brillante corona se oxida. Aún si se amontonan los cuerpos vacíos de los peones, y tenemos que dormir sobre los cuerpos que se pudren, yo me recostaré al lado de su pequeña figura. Hasta que oiga la última orden, hasta ese momento...
Sebastian Michaelis