Your moments • Scarlett Johansson

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—Sabes te vez hermosa apoyada en él ventanal ya que él sol hace resalta tu cabello pelirrojo aunque tambien esos labios tan sensuales de igual color—digo haciendo que se sobresalte.

«Esperen ¿La gran espía se ha asustado?» suelto una carcajada ignorando la mirada fulminante que me da. Recibo un empujón haciéndome caer de trasero.

Auch

—¡Hey! Eso dolió

—Tu empezaste tomandome desprevenida

—Pero no pensé que te ibas asustar después de todo eres Natasha Romanoff—digo sacudiéndome él trasero al levantarme.

—¿Debo tomarlo como un halagó?

—Tomado como quieras—digo observando el paisaje que me otorga el ventanal. Un bosque.

«Como los ojos verdes de cierta persona, al adentrarte a esta puedes perderte pero ¿Sera lo correcto? ¿Perderse locamente de amor por una persona que tiene los pensamientos en otro?»

—¿Que piensas?

—En ti

—Te han dicho que seres muy directa

—¡Si! Toda mi vida—sonrio triste por los recuerdos que salen a flote.

—Perdon si te hice recordar algo que no querías

—Esperen...¿La gran Natasha Romanoff se esta disculpando?—ella solo niega divertida.

—¿Que tiene él de especial?—su sonrisa desaparece.

—Él me comprendía—desvia la mirada nuevamente hacia la ventana.

«¿Cree que yo no la comprendo» ante de emitir otra pregunta ella habla nuevamente.

—Él me hacia sentir humana—aquello me aturde.

—¿Los sentimientos?

—Si—dice cortadamente aun sin mirarme.

—Te entiendo—Veo como se volte a verme pero no le dirijo la vista sino al igual que ella la dirijo a la ventana.

—¿Que quieres decir?

—Cuando descubrí mis extraños poderes pensaba que era una abominación, no todos los días ves a una niña de 5 años envuelta en llamas y siga intacta...después de eso...no les quise contar a mis padres pensé que podía controlarlo sola *mis ojos se ponen llorosos* pero me equivoque, un día queria salir de casa a jugar en él parque con mis amigos mis padres no me dejaron ¡Me enoje! ¡Si! Por una tontería...todo se descontrolo *cae mis lágrimas sin poder evitarlo* los mate Natasha yo los mate—tiemplo de solo recordar sus rostros de horror.

—Tu no tienes la culpa

—Si la tengo—observó mis manos que salían pequeñas chispas con unas cuantas llamas respiro ondo y estas se apagaron automáticamente.

—¿Puedo darte un pequeño consejo?—ella se levanta del suelo y me pasa un pañuelo limpio las lágrimas mientras asiento temblorosa.

«Ni me pregundo de donde lo saco»

—Vive él futuro y no él pasado—me sonríe o bueno lo intenta.

—¿Puedo darte uno también?

—Claro

—Sigue tu mismo consejo—ella en mira por un par de minutos para luego lanzarse a mi y besarme con necesidad de afectó, cierro los ojos dejándome llevar por él momento. Aquel beso era él sufrimiento de las dos, sentía como sus lágrimas se juntaban con las mías sentía como combatía nuestros recuerdos con la realidad y adivinen quien gano...

Dolorosamente la Realidad.